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lunes, 8 de febrero de 2010

Toros enfundados en las ganaderías de bravo.

Escrito por: Padua el 08 Feb 2010 - URL Permanente http://lacomunidad.elpais.com

"No he afeitado a ninguno de los dos toros que han dado positivo en Logroño, aunque reconozco que los he manipulado para ponerles y quitarles las fundas". (Joselito).

Esta fue la frase que recientemente destapó y puso de actualidad un tema que, si bien se conocía desde hace años, no se había debatido de forma relevante. Se trata de las fundas que algunos ganaderos colocan en las astas de los toros, mientras éstos permanecen en las últimas fases de crianza en las ganaderías, al objeto de que los toros y sobre todo sus pitones no se malogren en alguno de los muchos avatares que en una dehesa se producen.

Este es un tema que me parece muy importante, desde el momento en que las famosas fundas se están generalizando poco a poco en muchos de los campos de bravo. ¿Cuáles son o serán sus consecuencias?
Ante todo deberíamos preguntarnos si es un debate que interesa al aficionado o quizás no tanto. Planteo la cuestión: el aficionado, se sienta en la plaza y exige un toro con trapío y por tanto con sus pitones astifinos e íntegros. El toro se lidia y hasta ahí nadie tendría por qué notar nada y, por tanto, no hacer observación alguna a la forma como lo ha criado el ganadero en el campo.

Sin embargo, hay una cuestión, entre otras: el aficionado ¿debe ocuparse también del toro bravo, en su proceso de cría y selección?¿quizás sólo le debería interesar el resultado en la plaza?.

Como vemos podrían darse distintas posturas. Lo que está claro es que desde la idiosincrasia del aficionado éste no podría estar ajeno, quizás el mero espectador de una corrida sí, a lo que suceda al toro, aunque sea antes de llegar a la plaza y sobre todo cuando hay alguna sospecha, hasta ahora sin estudios fundados, de que la manipulación de que es objeto al colocarle las fundas puede dar lugar a alguna alteración en la morfología de sus pitones y en su comportamiento.

Pero decíamos que no hay ningún estudio serio, que sepamos, de los efectos que producen las colocaciones de fundas en los pitones, meses antes de lidiarlos, y por eso sería conveniente que los Colegios y las Facultades de veterinaria iniciaran estudios científicos serios y rigurosos, porque esto no es algo banal sino algo que puede venir a revolucionar la cría del toro bravo. Con las fundas descienden los accidentes de toros, en las peleas están protegidos y al ser mas difícil que se dañen, los pitones apenas se astillarán o romperán mientras permanecen los últimos meses en el campo.

Desde mi punto de vista al aficionado le debe interesar todo sobre el toro de lidia desde que nace hasta que muere en la plaza. Estoy convencido de ello. Por ello se plantea una nueva disyuntiva.

Se trataría de saber si el debate sobre las fundas es más un debate moral o ético que práctico. O sea, si es un debate sobre si está bien someter a “manipulación” a un toro de lidia y tenerlo en una situación especial, con sus astas vendadas y con una funda especial colocada. o es un debate practico sobre sus supuestos efectos perversos.

Este aficionado se inclina por el medio ambiente animal y la ley natural: el toro como lo parió su madre, criado y cuidado con esmero, sin someterlo a ningún procedimiento especial en su crianza.
Joselito decía también sobre su problema en Logroño: “los cuernos habían perdido color en la zona donde se habían puesto las fundas, pero poco más (…) (…)sólo me dijeron que los pitones perdieron color y que se habían reblandecido por el efecto de llevar puestas las fundas más de un año”.

Ante las afirmaciones de Joselito y otros ganaderos, nos surgen, al menos, tres dudas muy importantes:

1º/ ¿Cuántos toros que han tenido fundas derrotan con normalidad en el burladero?
 No parece muy natural el hecho de introducir un objeto, aunque sea en forma de funda, debajo de las vendas, en las astas, y que el toro se acostumbre a ello. Afirmar que no es manipulación resulta arriesgado.
De alguna manera podrían quedar reprogramados psicológicamente para no embestir con los pitones. ¿Puede un toro confiar en sus pitones cuando los ha tenido modificados durante bastante tiempo?

2º/ Al toro hay que colocarlo al menos dos veces en el “mueco” o cajón de curas. Una vez para ponerle las fundas y otra para quitárselas unos quince o veinte días antes de lidiar. Dicen que se tarda diez minutos, pongámosle veinte o treinta. Tenemos ahí, en manos del ganadero y auxiliares, tiempo suficiente, sin necesidad de más, para aprovechar y modificar o acortar las astas. La tentación del afeitado la tenemos ya…una vez que está ahí ¿por qué no acortar los pitones un poco?

3º/ Imaginemos que se pone un artilugio o se venda la pata de un toro. Pensemos que es tan perfecto que no le permite cojear, pero está vendado muchos meses y con algo extraño colocado. Ese miembro, igual que en una persona, se resentirá y quedará debilitado. No le da el aire, la luz natural, y encuentra de alguna manera un obstáculo para desarrollarse. Cuando se le quitase esto tendría que acostumbrarse de nuevo a su miembro y hacer una especie de rehabilitación. De acuerdo que la masa cornea no es igual que una pata, pero es una parte más de su cuerpo, que tiene riego sanguíneo y terminaciones nerviosas. De ahí las palabras de Joselito “cambiar de color” y “reblandecerse”

Es cierto también, y esto tampoco lo podemos obviar, respecto al mantenimiento comercial de la fiesta, que los ganaderos obtienen un gran beneficio, no tanto por la disminución en la pérdida de algunos animales, que también, sino por que al preservar las astas, sus toros están íntegros respecto a los pitones y pueden lidiar en plazas de primera y de prestigio, sin temor a astillas ni a pitones romos.

En definitiva y concluyendo, si bien se puede plantear en términos de debate moral, en cuanto a la naturaleza y demás, lo cierto es que hay sospechas de que el efecto de este vendaje y colocación de la funda, puede ser perverso para el toro de lidia y puede tener consecuencias, que si bien no están estudiadas suficientemente y demostradas, existen muchos indicios de que las pueda tener.
Por lo tanto y al no entrar en ninguna ilegalidad su uso actual, es necesario que se realicen, como ya dijimos al principio, los estudios pertinentes para comprobar sus consecuencias, si estas se demostrasen definitivamente, en cuyo caso habría que impedir legalmente su utilización.

Por de pronto los ganaderos se han dividido. Unos se han posicionado a favor y otros en contra. Los “toristas” en general, son contrarios a la utilización de fundas, otros ganaderos, sin embargo, las defienden abiertamente.
El próximo San Isidro saltarán al ruedo muchos toros que han tenido enfundados sus pitones durante los últimos meses de su vida en el campo. Habrá que observar con rigor y atención su comportamiento y sus resultados, aunque solo sea desde el tendido y con la visión única del aficionado, que llevamos dentro.

Administrador: Hasta aquí lo que escribe Padua en su blogs:

Pero se le olvida algo tan importante como lo siguiente, imaginemos que en los corrales de reconocimiento se desecha uno o varios toros por cualquiera de las causas que los veterinarios y el presidente estimen oportunas, cojeras, lesiones, falta de trapío etc., y el ganadero debe completar la corrida dirigiéndose rápidamente y ante de 24 horas al campo para apartar los toros necesarios, toros que al igual que sus hermanos de camada estarán enfundados, habrá que llevarlos al mueco, tranquilizarlos previamente y realizar todas las operaciones en un corto espacio de tiempo para que puedan ser lidiados en sustitución de los desechados.

Y me pregunto aun sabiendo la respuesta.

1º / ¿Dara tiempo a esos animales en menos de 24 horas para que eliminen la sustancia toxicológica tranquilizante y salgan en plenitud de facultades sicomotrices o saldran demasiados toros babeando y con comportamientos extraños?

2º/ ¿Qué pasa con el consumo de esa carne a la que se le ha inyectado una sustancia que puede estar permitida pero que no se ha respetado el tiempo de espera para que se elimine en su totalidad y pasa al organismo que la consume.

3º/¿Puede el ganadero realizar esta práctica presentando incluso una receta del veterinario de su explotación justificando que ha sido por ¿causas clínicas?. 

4º/ ¿ Qué tipo de análisis posterior se va a realiza por la Consejeria de Salud para asegurarse que esto no va a ocurrir.

5º / Y en caso que ocurra y se detecte que sanción se le va a aplica al ganadero por inyectar sustancias prohibidas y pasar a la cadena alimentaria cuando dicho acto sería considerado delito contra la Salud Publica.

Demasiadas preguntas y demasiadas dudas para asegurar que esto no va a ocurrir en tiempo real, por todo ello creo que ante la gravedad posible de la situación lo mejor sería aplicar el principio de precaución alimentaria y decir “ NO A LAS FUNDAS”. De lo contrario igual provocamos un problema mayor que antes no existía porque NO HABIA FUNDAS.

El tiempo dará o no la razón con la que esta cayendo cuando presumiblemente salte el problema a la opinión publica

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