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jueves, 26 de agosto de 2010

EL TORO CLONADO

EL CALOR RETRASA A OCTUBRE EL TRASLADO A ANDALUCÍA DEL PRIMER TORO BRAVO ESPAÑOL CLONADO
Fuente: Norte Castilla

Tiene ya ochenta días de vida, está perfectamente y crece de manera adecuada. Pesa más de 50 kilos, sigue tomando leche -pero también pienso y forraje- y está bien protegido en un corral de una granja de Melgar de Yuso, separado del resto de animales. Vamos, que veranea en habitación individual, en régimen de todo incluido y al fresco, ajeno a los calores del estío. Got, el primer toro bravo español clonado en Europa, fruto de los trabajos que inició la Fundación Valenciana de Investigación Veterinaria (Vive) hace tres años, no pasará el verano en Cádiz, en la ganadería de Alfonso Guardiola, finca de donde procedía su padre, el semental bravo Vasito (Got significa vaso en valenciano), fallecido el pasado marzo «de puro viejo», según señaló el administrador de la casa Guardiola. Las elevadas temperaturas aconsejan que Got no emprenda aún el viaje a latitudes andaluzas y que permanezca hasta «finales de septiembre o principios de octubre» en la explotación de Melgar de Yuso en la que nació el pasado 18 de mayo.

Su madre, una vaca lechera de raza frisona de dos años de edad y de la explotación de vacuno de leche de Javier Azpeleta Hierro, un ganadero palentino que atiende la explotación familiar desde hace veinte años, hizo de vientre de alquiler durante nueve meses y nueve días. En esa ganadería es donde el veterinario de Saldaña Julio César Díez González implantó a siete vacas diferentes los embriones obtenidos con una célula extraída de un trozo de piel lumbar de Vasito y que fue insertada en un óvulo de una vaca de matadero.

El experimento surtió efecto en dos animales: la madre de Got y otra vaca que alumbró muerto el segundo toro de lidia clonado nació muerto el pasado 20 de mayo en Melgar de Yuso tras sufrir malformaciones físicas debido a que sus órganos vitales eran de mayor tamaño que la capacidad de su cuerpo, según los datos de la necropsia practicada a su muerte. El becerro iba a llamarse Glass, vaso en inglés, y hubiera sido el segundo clon de Vasito, pero no logró sobrevivir a un parto natural -que se prolongó desde las 12 hasta las 18 horas, aproximadamente-, en la explotación de Javier Azpeleta, en Melgar de Yuso.

Afortunadamente, Got no corrió la misma suerte que su hermano Glass y su gestación tuvo un final feliz, aunque ésta fuese más larga de lo normal, ya que su nacimiento estaba previsto para el 30 de abril. La explotación ganadera palentina fue elegida como escenario del hito por la calidad de los profesionales. «Reunía las condiciones óptimas porque tiene el mejor ganadero con las mejores infraestructuras y el mejor veterinario en vacuno de España», hacía hincapié en su día el director del equipo de investigación, Vicente Torrent, aludiendo a Javier Azpeleta Hierro y Julio César Díez González. Además, se tuvo en cuenta para seleccionar esta raza de vaca el que sea un animal doméstico, tranquilo y que está controlado a diario por el ganadero.

Los investigadores llevaban unos diez días haciendo guardia para no perderse el alumbramiento del toro, pero el parto no fue presenciado por ninguno de ellos. Aún así, creen que el alumbramiento fue muy rápido y que no requirió un gran esfuerzo de la vaca, debido a la diferencia de tamaño entre los animales de raza frisona, como es el caso de la madre, y los toros de lidia, mucho más pequeños que éstas. Got vio la luz con 21,750 kilos de peso y color negro, excepto un mínimo cerco marrón alrededor de un ojo, y desde ese día crece bajo exhaustivo control en la explotación ganadera Melgar de Yuso. «Va bien», responde Julio César Díez cuando se le pregunta por Got. «No se le ha bajado todavía por el calor, a finales de verano se le trasladará a Andalucía, o a la finca utrerana de El Toruño, en Sevilla, o a la de Los Caños, en el municipio gaditano de San José del Valle», hace hincapié Julio César Díez, al tiempo que incide en cómo Got dispone en Melgar de Yuso de un corral para él solo y cómo en Andalucía se criará en el campo con los toros nacidos este año, cuestión que le preocupa en relación con su supervivencia.

EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

El objetivo de este experimento es que el mundo de la investigación y de la clínica veterinaria cuente con una técnica que haga posible la clonación para el mantenimiento de cualquier especie de mamífero en peligro de extinción y evitar así su desaparición, como es el caso del lince ibérico, según hace hincapié el director del equipo de investigación, Vicente Torrent.

Una experiencia anterior, realizada en Texas con un embrión de la vacada española de Victoriano del Río, no llegó a ser implantado en una vaca por problemas burocráticos. Años atrás, el recordado criador jerezano Álvaro Domecq y Díez ya había experimentado con la implantación de óvulos en su ganadería de Torrestrella llegando a lidiar algunos ejemplares de toros probeta en las plazas, pero la clonación era una frontera que entonces quedaba demasiado lejana.

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