OBITUARIO JOSÉ VILLAFUERTE LEÓN ARTESANO DE JOYERÍA
Era el padre del compañero veterinario y novillero con caballos José Luis Villafuerte
Precisamente hoy día cinco, que ha sido enterrado, cumpliría José Villafuerte León setenta años de edad. La muerte le ha sobrevenido tras una larga y penosa enfermedad que dio la cara en mayo del año pasado. Todos estos meses ha estado luchando con un afán de vivir encomiable hasta que su organismo no ha podido más.
José Villafuerte era un cordobés amantísimo de su tierra y su familia.
Nacido en el barrio de la Judería, entorno de la Puerta de Almodóvar, los primeros años de su niñez estudió en las Escuelas Pías que estaban ubicadas en la plaza de la Compañía. Posteriormente, siendo todavía muy joven, ingresó en la escuela de aprendices de la SECEM para especializarse en matricería, pues su padre, llamado igualmente José, tenía un taller especializado en la fabricación de buriles y troqueles con un enorme prestigio, pues surtía a los plateros y joyeros de toda España y el chico quería seguir los pasos de su progenitor.
Integrado en la empresa familiar, constituida por el padre, el y su hermano Francisco, al poco tiempo se independiza y monta su propio taller alcanzando cotas de mercado muy importantes.
Desde siempre, José, ha sido aficionado a los toros, ocupando hasta esta última feria de mayo su abono en el tendido diez, junto a su querido amigo Antonio Sanz, presidente de la Federación Provincial Taurina, una de cuyas vocalías ostentó José en el mandato anterior.
Tan apasionadamente vivía la fiesta de los toros que no dudó un instante en apoyar y alentar a su hijo José Luis Villafuerte hoy prestigioso veterinario especializado en el toro bravo- en su deseo de hacerse matador de toros.
Vivió con el multitud de vicisitudes y le acompañó por las diferentes plazas en las que toreó, hasta que debutó con caballos y decidió volcarse en sus estudios, perdiéndose un torero que atesoraba muchas cualidades.
José estaba casado con Leonor con la que tuvo tres hijos, los mellizos José Luis y Francisco Javier y Rosa María, que falleció hace dieciséis años, dejando en la familia, pero sobre todo en el padre, una profunda tristeza hasta el punto que, desde el fatal desenlace, no faltó ni un solo domingo de acercarse al cementerio a llevarle flores a su querida niña. Esta tragedia le marcó de por vida, sin embargo siguió siendo un hombre cordial y simpático con una charla muy amena y entretenida con gran sentido del humor.
Esta mañana a las 10 en la iglesia de la Virgen del Camino se ha oficiado la misa de corpore insepulto y posteriormente sus restos mortales recibieron cristiana sepultura.
Descanse en paz este hombre bueno, amigo de todo el mundo y su familia reciba nuestro más sentido pésame.- L.R.G.
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