La temporada de la crisis
Plazas vacías LA REALIDAD ACTUAL
La temporada de la crisis. Así podríamos definir la temporada taurina 2013
en España, claramente marcada por el signo de una doble y muy preocupante
crisis: la general, que ha asolado las economías de todo el planeta, y la
particular del propio espectáculo taurino. Ambas, combinadas entre si, han
producido, en comparación con anteriores campañas, una reducción importante en
el número total de festejos desarrollados desde el 2007 en todo el territorio
taurino mundial.
Pero vayamos por partes. De algún modo se podría entender como sano y positivo
el severo ajuste,drástico en algunos casos, en el número de festejos mayores y
menores celebrados esta temporada. La inflación totalmente artificial -montajes
y otras circunstancias no taurinas- a la que estaba sometida la temporada
taurina ha dado paso a una situación más realista, sin duda más cercana a las
demandas reales de los aficionados.
Todas las ferias no fundamentales en la temporada han visto ajustado su oferta
taurina, bien por la eliminación directa de festejos o por la reducción en la
categoría de los mismos. Ahora bien, podemos concluir que el ajuste no ha
producido la criba necesaria para la tan necesaria regeneración del espectáculo
de los toros, sino más bien que sus efectos han sido básicamente cuantitativos.
Es incuestionable que el fraude del medio toro,del afeitado o de la falta de
profesionalidad de los principales actores de este negocio ha seguido campando,
por sus respetos.
Y por supuesto que hay excepciones, pero la tónica en las plazas menores ha
sido idénticas: mucho domecq, populismo torero, mucho medio toro y poca
emoción.
Afortunadamente, una cuantas ganaderías del gusto de la afición se encargan de poner las cosas en su sitio en las principales ferias de la temporada
ofreciendo al sufrido aficionado una versión mas digna del toro y de la lidia.
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