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martes, 30 de abril de 2013

LOS TOROS Y LA AFICION



Los toros y la afición.-

Julián Castro Marrero-VETERINARIO  

Ángel Enrique Fernández, “Angelete”, hijo y aprendiz de sastre, alumno de la escuela taurina ubicada en la Plaza La Coromoto de Los Teques, y que actuó de banderillero en festejos realizados en ese coso taurino, a mediados de la década de los 40 del siglo anterior, nos decía, en Valencia, por 1970, “no asisto a las corridas porque ahora no hay la presencia del toro”.

En España, salvo el periodo postguerra, ya que durante los eventos bélicos hubo una destrucción parcial del rebaño de ganado de lidia, el peso de los ejemplares a lidiarse ha mantenido por mucho tiempo  promedios similares. Del mismo modo en América, en los diferentes países, esta variable de análisis  ha mantenido una conducta más homogénea o pareja en las diferentes épocas.

La queja de los aficionados sobre la presencia y comportamiento del toro, su tamaño y peso, ha sido constante a través del tiempo, la referencia es hecha por estos con nostalgia de otros tiempos. Nostalgia, quizá causada además por diferentes factores del mundo taurino y no taurino. Así se pueden citar ejemplos de posturas en diversos periodos o momentos.

En 1891, el crítico español, Don José de la Loma, afirmaba de Guerrita, “que era ocioso decir que convertía los toros en animales inofensivos porque en la mayoría de los casos no tenía que convertirlos”.

En 1893, Antonio Peña y Goñi, al analizar el año taurino dice: “Donde está los toros después de la retirada de Frascuelo y Lagartijo, el mal terrible que mata el espectáculo, está ahí, en la falta de toros”.

Ortega y Gasset, en entrevista de J.M Cossío, expresa “Antes los toros eran mansos y bravos, y el torero tenía que vencer las dificultades de una lucha a muerte. Hoy todos los toros son bravos y la selección crea un tipo de toro uniforme. La fiesta era entonces gallarda, impetuosa, áspera y frenética. Hoy es nada mas que monótona y pulida, y tiene el tedio de todo lo primoroso”.
Domingo Ortega (1906-1988) decía “que el toro marca diferencia con el toreo de su tiempo. El de ahora sale noblote, pues tiene menos movimiento intelectual. Antes había mayor número de toros complicados y es con ellos con los que se funde el arte de torear”.

Las ganaderías del toro bravo comienzan sus primeros pasos en el siglo XVII, partiendo de vacadas semi-salvajes, de donde se  utilizaban los animales que a criterio de los vaqueros por su temperamento podrían resultar más fieros, manteniendo la exigencia de una característica básica en las reses a utilizar que era la de su capacidad de embestir.

Del mismo modo se realizaban apartes de rebaños para su reproducción, siempre en la búsqueda de la capacidad de acometer, y la fijación de este carácter en los ejemplares producto de esta cría y manejo. Por cierto que estos se criaban con un manejo de mayor libertad, quizá es mejor colocar que la modalidad era prácticamente con poco o ningún manejo, para conservar su carácter agresivo.

Es así que para la primera mitad del siglo XVIII aparecen referenciadas las ganaderías organizadas dedicadas a la selección y cría de toros de lidia. Tradicionalmente se ha venido considerando a la ganadería Razo Portillo como el germen fundador, esta pastaba en Pedraja del Portillo, en la provincia de Valladolid.

La crianza se ha ido manteniendo bajo concepciones de elección y/o escogencia influenciadas por las demandas del mercado, signado por la evolución de la practica del toreo, las preferencias de los toreros, los cambios de valores operados en el seno de la afición taurina, la reglamentación vigente en cada época y las innovaciones tecnológicas.

En la segunda mitad del siglo XIX e inicio del XX identificamos una época con el toreo caracterizado por ser épico y heroico. Con una columna básica que es el valor. La razón de ser de la lidia estaba centrada en la suerte de matar. El dominio de esta era condición indispensable para ser figura. Tiempos que demandaban un toro de mucha presencia, fiero, integro, de edad, cuajo, pujanza y poderío.

Posteriormente entre 1887 y 1913, con la presencia de Guerrita, Joselito y Belmonte, cuenta más el dominio que el valor, se reducen las distancias y la estética y plástica son introducidos en la constitución el arte de torear. Claro, esta evolución demandó un toro menos fiero, noble, sin querencias y la presencia con mucho poder disminuyó.

Rafael Guerra, Guerrita (1862-1941), que provenía de la cuadrilla de Rafael Molina, Lagartijo, como sensacional banderillero, quien tomó alternativa en 1887, marca una inflexión en el toreo al tomar una conducta de elegir o desechar toros, imponer determinada clase de ganado y orden de colocación de los toros en las corridas. Hace un toreo de habilidades con mucha condición física, alarga o estira las faenas de muleta, no es ortodoxo para ejecutar la suerte suprema, no obstante fue figura. Influyendo sobre los diestros de las generaciones que actúan y/o se están formando en ese periodo, en la forma y modalidad de llevar el toreo.

El drama no predomina en las corridas, y el dominio basado en destrezas, con un toreo alegre, copa la escena. Para esta modalidad y maneras de llevar la fiesta se hizo necesario un tipo de toro o desechar determinadas clases de ganado. Ahí encontramos lo que denominaron los cronistas acortar el toreo. Se acorta el peso, se acortan los pitones, se acorta la competencia y se acortan las corridas en las plazas de responsabilidad.

Bleu, en 1913, considera que en las manos de Guerrita se modificaron la esencia y los procedimientos externos de la lidia y el aspecto natural del organismo de las corridas de toro; y marca la representación de la línea divisoria entre el antiguo y el moderno mundo de la tauromaquia.

Joselito (1895-1920) es considerado con Guerrita eslabones de una transición entre las eras del toreo heroico y de arte. Toreo de arte que comienza con la aparición de Juan Belmonte (1892-1962). Quien va manejando las distancias, reduciéndolas, y es identificada su tauromaquia, por algunos autores, con la expresión de que pasa del toreo de piernas al toreo de brazos y corazón, en una concepción plástica del torear. Sin embargo, para que se produzca esa innovación es necesario que se produzcan cambios en el toro bravo, que evolucione ese elemento primordial de la fiesta.

En un acondicionamiento entre toro y toreo, se pasa a exigir o admitir, ejemplares con menos fiereza y fuerza. Con cabezas mas cómodas y menos aparatosos de pitones.

Pasado el tiempo, ya retirado, para 1944, Juan Belmonte declara, a la Revista El Ruedo, "Ahora se torea mucho mas cerca del toro. No queda sitio entre el toro y el torero. En nuestra época no se podían hacer los preciosismos que hoy se realizan más que en contados toros. No porque fueran más grandes, yo no concedo importancia al tamaño ni a la edad de los toros, sino al nervio y a la casta, lo que es lo mismo, al arte de tirar cornadas. 

La diferencia mayor -y esa si que existe- entre el toro antiguo y el de hoy es la disminución del nervio y del temperamento, que son las cornadas”. En el toreo moderno cada vez se han acortado más las distancias entre toro y torero. Los toreros se han arrimado y se siguen arrimando. Con embrujo, gracia, técnica depurada y estética. Centrando todo el esfuerzo en la faena de muleta. Asunto este ultimo que es compartido y aceptado como una dinámica propia en la tauromaquia.  

Mientras la selección en las ganaderías ha ido en sentido de obtener reses de embestidas rectas, nobles, libres de querencias, con presencia y peso, pero con menos casta y temperamento que trae consigo menos empuje fiero y agresivo.

Bibliografía consultada.-

Bleu, F. Antes y después del Guerra. Selecciones Austral. 1983. España.
Castro, J. Selección del ganado de lidia. Veterinarios taurinos de Andalucía. 2011. España.
Castro, J. La afición. Opinión y Toros. 2010. España.
Domecq, A. El Toro Bravo. Espasa- Calpe. 1996. España.
Prieto, J. El toro bravo, ganaderías míticas. ALMUZARA. 2012. España.
Sánchez, J. Torear en Los Teques. Cultura Taurina Venezolana. 2012. Venezuela.
Salamanca, J. Raso del Portillo: la ganadería más antigua de España. Reflexionando a la verónica. 2012. España.
Santainés, A. Domingo Ortega 80 años de vida y toros. Espasa-Calpe. 1986. España.
Reta, M. El toro de casta navarro. Proyecto biodiversidad de la Unión Europea. 2012. España.                                                 24/4/13

Julián Castro nace en 1945 en San Joaquín de Mariara en un pueblo rodeado de 4 grandes fincas y un haras; para aquel entonces, en donde las principales ciudades del país eran completamente rurales. Gran parte de su infancia se desarrolló en esta localidad, en compañía de sus cinco hermanos, su madre y su padre. Desde chico estuvo rodeado de un ambiente que propiciaría mas tarde el estudio de alguna ciencia concerniente a la naturaleza o a la salud animal.
Es en marzo de 1971 que Julián Castro Marrero se gradúa como Medico Veterinario. Posteriormente continua su formación profesional con diversos cursos y adiestramientos importantes tales como: Adiestramiento en la Sección de Enfermedades Vesiculares del Instituto de Investigaciones Veterinarias (1971); Adiestramiento sobre control de fiebre Aftosa y Brucelosis, Proyecto MAC-BID (1972); Adiestramiento en Sistemas de Información en el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, Río de Janeiro-Brasil (1974); Curso de Epidemiología, Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, Río de Janeiro-Brasil, (1976); Curso Actualización en Patología y Diagnóstico de algunas enfermedades del cerdo (1986); Curso Evaluación y Dimensionamiento de los Programas de Sanidad Animal, Bogotá- Colombia. BID, Universidad de los Andes Colombia (1986); Simulacro Peste Porcina Africana (1986) y Curso de Unidades de Emergencia, ICA-USDA, Bogotá- Colombia, (1998).
Consecuentemente el Dr. Julián Castro, desarrolla su carrera y realiza su especialización en el área de epidemiología gracias a su ingreso en el Ministerio de Agricultura y Cría, que para aquel entonces recibía el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otorgado a los países para fortalecer sus estructuras y filas profesionales en sanidad animal. De este modo se logró mediante la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) capacitar personal de América Latina y financiar con becas a las naciones.

Aportes a la Medicina Veterinaria en Venezuela

Entre sus aportes podemos mencionar: el desarrollo en el país de un sistema de vigilancia epidemiológica de las enfermedades de los animales. También la elaboración e instrumentación de un proyecto en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para crear unidades de epidemiología en cada uno de los estados con personal especializado. Así como la elaboración de un proyecto de erradicación de fiebre aftosa para Venezuela y por último y no menos importante la creación de un instrumento de evaluación de programas con una amplia participación social.
A nivel internacional gracias a el Acuerdo de Cartagena y en conjunto con Pan-Aftosa y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) efectuó consultorías que han permitido la realización de trabajos de interés tales como: la evaluación de los programas de Fiebre Aftosa en Sudamérica, elaboración de un proyecto de Erradicación de Fiebre Aftosa para los países andinos y el Análisis de Riesgo Sanitario en España e Italia. Así como la elaboración de documentos técnicos-guías para la erradicación de enfermedades de los animales y de participación social en los programas de sanidad animal.
Igualmente publicó trabajos como: Marcos Tecnológicos en Salud Animal (1982); La Fiebre Aftosa en Venezuela. Estado actual de su control (1983); Vigilancia Epidemiológica y algunas consideraciones sobre el comportamiento de la rabia bovina en los estados Guárico, Bolívar y Apure (1990); Control Sanitario Total de la Cadena Productiva Animal (1999); La Evaluación de los Programas como Instrumento de Participación Social (2002); Estomatitis Vesicular su comportamiento epidemiológico en Venezuela (2006); Influenza: vigilancia en granjas porcinas y avícolas (2009); y Estrategias Sanitarias en base al análisis de riesgo (2010); estos trabajos son sólo parte del amplio y extenso curriculum que acompaña a este acreditado Medico Veterinario. Equivalentemente, por su esfuerzo y notable labor recibió Orden Mérito al Trabajo en su 3ra clase en (1991). Sin embargo, para él los méritos más significativos son el trato con respeto y la amistad de sus colegas.

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