Los
toros y la afición.-
Julián Castro Marrero-VETERINARIO
Ángel Enrique Fernández, “Angelete”, hijo
y aprendiz de sastre, alumno de la escuela taurina ubicada en la Plaza La
Coromoto de Los Teques, y que actuó de banderillero en festejos realizados en
ese coso taurino, a mediados de la década de los 40 del siglo anterior, nos
decía, en Valencia, por 1970, “no asisto a las corridas porque ahora no hay la
presencia del toro”.
En España,
salvo el periodo postguerra, ya que durante los eventos bélicos hubo una
destrucción parcial del rebaño de ganado de lidia, el peso de los ejemplares a
lidiarse ha mantenido por mucho tiempo promedios similares. Del mismo modo en América,
en los diferentes países, esta variable de análisis ha mantenido una conducta más homogénea o
pareja en las diferentes épocas.
La queja de los
aficionados sobre la presencia y comportamiento del toro, su tamaño y peso, ha
sido constante a través del tiempo, la referencia es hecha por estos con
nostalgia de otros tiempos. Nostalgia, quizá causada además por diferentes
factores del mundo taurino y no taurino. Así se pueden citar ejemplos de
posturas en diversos periodos o momentos.
En 1891, el crítico español, Don José de
la Loma, afirmaba de Guerrita, “que era ocioso decir que convertía los toros en
animales inofensivos porque en la mayoría de los casos no tenía que
convertirlos”.
En 1893, Antonio Peña y Goñi, al analizar
el año taurino dice: “Donde está los toros después de la retirada de Frascuelo
y Lagartijo, el mal terrible que mata el espectáculo, está ahí, en la falta de
toros”.
Ortega y
Gasset, en entrevista de J.M Cossío, expresa “Antes los toros eran mansos y
bravos, y el torero tenía que vencer las dificultades de una lucha a muerte.
Hoy todos los toros son bravos y la selección crea un tipo de toro uniforme. La
fiesta era entonces gallarda, impetuosa, áspera y frenética. Hoy es nada mas
que monótona y pulida, y tiene el tedio de todo lo primoroso”.
Domingo
Ortega (1906-1988) decía “que el toro marca diferencia con el toreo de su
tiempo. El de ahora sale noblote, pues tiene menos movimiento intelectual.
Antes había mayor número de toros complicados y es con ellos con los que se
funde el arte de torear”.
Las
ganaderías del toro bravo comienzan sus primeros pasos en el siglo XVII,
partiendo de vacadas semi-salvajes, de donde se
utilizaban los animales que a criterio de los vaqueros por su
temperamento podrían resultar más fieros, manteniendo la exigencia de una
característica básica en las reses a utilizar que era la de su capacidad de
embestir.
Del mismo
modo se realizaban apartes de rebaños para su reproducción, siempre en la
búsqueda de la capacidad de acometer, y la fijación de este carácter en los
ejemplares producto de esta cría y manejo. Por cierto que estos se criaban con
un manejo de mayor libertad, quizá es mejor colocar que la modalidad era
prácticamente con poco o ningún manejo, para conservar su carácter agresivo.
Es así que para la primera mitad del siglo
XVIII aparecen referenciadas las ganaderías organizadas dedicadas a la
selección y cría de toros de lidia. Tradicionalmente se ha venido considerando
a la ganadería Razo Portillo como el germen fundador, esta pastaba en Pedraja
del Portillo, en la provincia de Valladolid.
La crianza
se ha ido manteniendo bajo concepciones de elección y/o escogencia
influenciadas por las demandas del mercado, signado por la evolución de la
practica del toreo, las preferencias de los toreros, los cambios de valores
operados en el seno de la afición taurina, la reglamentación vigente en cada
época y las innovaciones tecnológicas.
En la
segunda mitad del siglo XIX e inicio del XX identificamos una época con el
toreo caracterizado por ser épico y heroico. Con una columna básica que es el valor.
La razón de ser de la lidia estaba centrada en la suerte de matar. El dominio
de esta era condición indispensable para ser figura. Tiempos que demandaban un
toro de mucha presencia, fiero, integro, de edad, cuajo, pujanza y poderío.
Posteriormente
entre 1887 y 1913, con la presencia de Guerrita, Joselito y Belmonte, cuenta
más el dominio que el valor, se reducen las distancias y la estética y plástica
son introducidos en la constitución el arte de torear. Claro, esta evolución
demandó un toro menos fiero, noble, sin querencias y la presencia con mucho
poder disminuyó.
Rafael
Guerra, Guerrita (1862-1941), que provenía de la cuadrilla de Rafael Molina,
Lagartijo, como sensacional banderillero, quien tomó alternativa en 1887, marca
una inflexión en el toreo al tomar una conducta de elegir o desechar toros,
imponer determinada clase de ganado y orden de colocación de los toros en las
corridas. Hace un toreo de habilidades con mucha condición física, alarga o
estira las faenas de muleta, no es ortodoxo para ejecutar la suerte suprema, no
obstante fue figura. Influyendo sobre los diestros de las generaciones que
actúan y/o se están formando en ese periodo, en la forma y modalidad de llevar
el toreo.
El drama no predomina en las corridas, y el
dominio basado en destrezas, con un toreo alegre, copa la escena. Para esta
modalidad y maneras de llevar la fiesta se hizo necesario un tipo de toro o
desechar determinadas clases de ganado. Ahí encontramos lo que denominaron los
cronistas acortar el toreo. Se acorta el peso, se acortan los pitones, se
acorta la competencia y se acortan las corridas en las plazas de
responsabilidad.
Bleu,
en 1913, considera que en las manos de Guerrita se modificaron la esencia y los
procedimientos externos de la lidia y el aspecto natural del organismo de las
corridas de toro; y marca la representación de la línea divisoria entre el
antiguo y el moderno mundo de la tauromaquia.
Joselito
(1895-1920) es considerado con Guerrita eslabones de una transición entre las eras
del toreo heroico y de arte. Toreo de arte que comienza con la aparición de
Juan Belmonte (1892-1962). Quien va manejando las distancias, reduciéndolas, y
es identificada su tauromaquia, por algunos autores, con la expresión de que pasa
del toreo de piernas al toreo de brazos y corazón, en una concepción plástica
del torear. Sin embargo, para que se produzca esa innovación es necesario que
se produzcan cambios en el toro bravo, que evolucione ese elemento primordial
de la fiesta.
En
un acondicionamiento entre toro y toreo, se pasa a exigir o admitir, ejemplares
con menos fiereza y fuerza. Con cabezas mas cómodas y menos aparatosos de
pitones.
Pasado el tiempo, ya retirado, para 1944, Juan Belmonte declara, a la Revista El Ruedo, "Ahora
se torea mucho mas cerca del toro. No queda sitio entre el toro y el torero. En
nuestra época no se podían hacer los preciosismos que hoy se realizan más que
en contados toros. No porque fueran más grandes, yo no concedo importancia al
tamaño ni a la edad de los toros, sino al
nervio y a la casta, lo que es lo mismo, al arte de tirar cornadas.
La
diferencia mayor -y esa si que existe- entre el toro antiguo y el de hoy es la disminución
del nervio y del temperamento, que son las cornadas”. En el toreo moderno
cada vez se han acortado más las distancias entre toro y torero. Los toreros se
han arrimado y se siguen arrimando. Con embrujo, gracia, técnica depurada y
estética. Centrando todo el esfuerzo en la faena de muleta. Asunto este ultimo
que es compartido y aceptado como una dinámica propia en la tauromaquia.
Mientras
la selección en las ganaderías ha ido en sentido de obtener reses de embestidas
rectas, nobles, libres de querencias, con presencia y peso, pero con menos
casta y temperamento que trae consigo menos empuje fiero y agresivo.
Bibliografía
consultada.-
Bleu,
F. Antes y después del Guerra. Selecciones Austral. 1983. España.
Castro,
J. Selección del ganado de lidia. Veterinarios taurinos de Andalucía. 2011.
España.
Castro,
J. La afición. Opinión y Toros. 2010. España.
Domecq,
A. El Toro Bravo. Espasa- Calpe. 1996. España.
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J. El toro bravo, ganaderías míticas. ALMUZARA. 2012. España.
Sánchez,
J. Torear en Los Teques. Cultura Taurina Venezolana. 2012. Venezuela.
Salamanca, J.
Raso del Portillo: la ganadería más antigua de España. Reflexionando a la
verónica. 2012. España.
Santainés, A.
Domingo Ortega 80 años de vida y toros. Espasa-Calpe. 1986. España.
Reta, M. El
toro de casta navarro. Proyecto biodiversidad de la Unión Europea. 2012.
España.
24/4/13
Julián Castro nace en 1945 en San Joaquín de Mariara en un pueblo rodeado de 4 grandes fincas y un haras; para aquel entonces, en donde las principales ciudades del país eran completamente rurales. Gran parte de su infancia se desarrolló en esta localidad, en compañía de sus cinco hermanos, su madre y su padre. Desde chico estuvo rodeado de un ambiente que propiciaría mas tarde el estudio de alguna ciencia concerniente a la naturaleza o a la salud animal.
Es en marzo de 1971 que Julián Castro Marrero se gradúa como Medico Veterinario. Posteriormente continua su formación profesional con diversos cursos y adiestramientos importantes tales como: Adiestramiento en la Sección de Enfermedades Vesiculares del Instituto de Investigaciones Veterinarias (1971); Adiestramiento sobre control de fiebre Aftosa y Brucelosis, Proyecto MAC-BID (1972); Adiestramiento en Sistemas de Información en el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, Río de Janeiro-Brasil (1974); Curso de Epidemiología, Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, Río de Janeiro-Brasil, (1976); Curso Actualización en Patología y Diagnóstico de algunas enfermedades del cerdo (1986); Curso Evaluación y Dimensionamiento de los Programas de Sanidad Animal, Bogotá- Colombia. BID, Universidad de los Andes Colombia (1986); Simulacro Peste Porcina Africana (1986) y Curso de Unidades de Emergencia, ICA-USDA, Bogotá- Colombia, (1998).
Consecuentemente el Dr. Julián Castro, desarrolla su carrera y realiza su especialización en el área de epidemiología gracias a su ingreso en el Ministerio de Agricultura y Cría, que para aquel entonces recibía el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otorgado a los países para fortalecer sus estructuras y filas profesionales en sanidad animal. De este modo se logró mediante la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) capacitar personal de América Latina y financiar con becas a las naciones.
Aportes a la Medicina Veterinaria en Venezuela
Entre sus aportes podemos mencionar: el desarrollo en el país de un sistema de vigilancia epidemiológica de las enfermedades de los animales. También la elaboración e instrumentación de un proyecto en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para crear unidades de epidemiología en cada uno de los estados con personal especializado. Así como la elaboración de un proyecto de erradicación de fiebre aftosa para Venezuela y por último y no menos importante la creación de un instrumento de evaluación de programas con una amplia participación social.
A nivel internacional gracias a el Acuerdo de Cartagena y en conjunto con Pan-Aftosa y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) efectuó consultorías que han permitido la realización de trabajos de interés tales como: la evaluación de los programas de Fiebre Aftosa en Sudamérica, elaboración de un proyecto de Erradicación de Fiebre Aftosa para los países andinos y el Análisis de Riesgo Sanitario en España e Italia. Así como la elaboración de documentos técnicos-guías para la erradicación de enfermedades de los animales y de participación social en los programas de sanidad animal.
Igualmente publicó trabajos como: Marcos Tecnológicos en Salud Animal (1982); La Fiebre Aftosa en Venezuela. Estado actual de su control (1983); Vigilancia Epidemiológica y algunas consideraciones sobre el comportamiento de la rabia bovina en los estados Guárico, Bolívar y Apure (1990); Control Sanitario Total de la Cadena Productiva Animal (1999); La Evaluación de los Programas como Instrumento de Participación Social (2002); Estomatitis Vesicular su comportamiento epidemiológico en Venezuela (2006); Influenza: vigilancia en granjas porcinas y avícolas (2009); y Estrategias Sanitarias en base al análisis de riesgo (2010); estos trabajos son sólo parte del amplio y extenso curriculum que acompaña a este acreditado Medico Veterinario. Equivalentemente, por su esfuerzo y notable labor recibió Orden Mérito al Trabajo en su 3ra clase en (1991). Sin embargo, para él los méritos más significativos son el trato con respeto y la amistad de sus colegas.
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