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lunes, 9 de marzo de 2015

ALGO ESTA FALLANDO



En 2014 al Laboratorio de Canillas se enviaron 6 casos
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Que algo está fallando en los sistemas de control, salta a la vista. Cuando de las más de 4.400 reses bravas lidiadas durante la temporada de 2014, en corridas de toros y novilladas, tan sólo seis (esto es: el 0,13%) fueron consideradas por la autoridad gubernativa y veterinaria como presuntamente fraudulentas, lo único seguro es que el cumplimiento de las obligaciones reglamentarias en esta materia está fallando y de forma clamorosa. Habrá que ver si es por el sistema en sí mismo, o si es por una cierta relajación en quienes deben cumplirlo. Pero cuando todo el mundo reclama que se respete la integridad del toro, estamos ante una materia que el ministerio del Interior debería estudiar en toda su dimensión.

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Actualizado 6 marzo 2015

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Tan sólo las astas de seis toros fueron enviadas para su análisis durante la temporada de 2014 a los modernos laboratorios especializados con los que cuenta en Madrid la Oficina Central de Asuntos Taurinos (OCAT), de la Dirección General de Policía. Se trata de un escasísimo número, pero que preocupantemente viene  ya de antes: en 2013 no se remitieronal Laboratorio las astas de ningún toro y en 2012 tan sólo se enviaron los de 4.

Si damos por buenas las estadísticas aún no oficiales de lo que ha sido la temporada, durante 2014 se celebraron 462 corridas de toros y 275 novilladas con caballos. Quiero ello decir que se lidiaron algo más de 4.400 reses bravas. Pues bien, de acuerdo con estos datos, el porcentaje de reses que la autoridad consideró necesario remitir tras su lidia al Laboratorio de Canillas representó un 0,13%. [1]

No puede afirmarse con toda rotundidad que por estas cifras tan mínimas que el fraude se haya erradicado por completo, como tampoco hay bases para afirmar lo contrario; para ambas cosas habría que aducir las pruebas correspondientes, de las que se carecen por la escasa actividad que se ha dado al laboratorio madrileño. Lo que resulta escandaloso --lo único que cabe concluir incluso por meros criterios estadísticos--, es que algo está fallando en los reglamentarios mecanismos de inspección y de supervisión, para que la autoridad gubernativa y veterinaria tan sólo haya localizado esos seis casos con signos de presunta manipulación entre los miles de toros que han saltado a nuestros ruedos.

Tan es así que todo lleva a pensar que los máximos responsables gubernativos deberían reactivar e impulsar la actividad de Presidentes y autoridades veterinarias para dar cumplimiento a sus obligaciones en esta materia. Al menos habría que estudiar, plaza por plaza, cuáles son las causas de lo que aparenta ser una dejación de funciones.

La preocupación por la situación actual de estas inspecciones post mortem, que están reguladas por el artículo 58 del vigente Reglamento Taurino, se puso de manifiesto en las recientes en las Jornadas de Actualización y Formación de Presidentes y Delegados de Plazas de Toros, organizados por la División de Formación de la Dirección General de la Policía y que se celebraron en Málaga.

Sobre esta materia, el antiguo veterinario de la plaza de Las Ventas de Madrid, Francisco J. Jiménez Blanco, expuso detalladamente el modo y forma de la realización de estas operaciones facultativas a la finalización del espectáculo y sobre las reses lidiadas en el mismo, y la obligatoriedad de realización lanzando la sospecha de que la desidia hubiera empujado el desuso de su práctica, cuando esta labor inspección y análisis sobre las carnes y astas de los toros sería fundamental para la lucha contra el fraude.

Pero a la  "Integridad del Toro y Exámenes Post-Mortem”  también se refirieron André Roques, responsable del C.AP. (Cuerpo de Presidentes y Asesores de Corridas de Toros en Francia),  Gerard Bordieu, presidente de AVTF (Asociación de Veterinarios Taurinos de Francia) y Pedro López Becerra, abogado experto en Derecho Administrativo Taurino.

Íntimamente ligado a este régimen de inspección veterinaria, se encuentra la Oficina Central de Asuntos Taurinos (OCAT) de la Dirección General de Policía, con sede en Madrid, que dirige Marcelino Moronta, quien recordó que, ante las suspicacias oficialistas y algún enojo que otro en el sector profesional taurino, esta Oficina tiene, entre otras funciones, la de luchar contra el fraude en la Fiesta, correspondiéndole la inspección y estudio de las astas de reses lidiadas sospechosas de manipulación fraudulenta, y los análisis de muestras biológicas y vísceras de toros y caballos exigidos por la normativa, disponiendo para ello de herramientas y medios eficaces para efectuarlos, contando, asimismo, con un potencial humano altamente cualificado y formado conforme a las previsiones del Reglamento.

Según explicó, las competencias en materia taurina que le restan a la Dirección Gral. de la Policía, que no colisionan en absoluto con las trasferidas en su día a la Comunidades Autónomas, y que ha dado lugar a la creación de la OCAT bajo la dependencia de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana para la planificación, dirección y coordinación de las funciones en materia de espectáculos taurinos atribuidas al Cuerpo Nacional de Policía y en su caso las funciones de esta naturaleza que deriven de la aplicación de la legislación autonómica.

Recuperar la integridad del toro

Pero durante estas Jornadas de Actualización y Formación, el denominador común de buena parte de  las ponencias se centraron en el análisis de la crisis que afecta a la Fiesta, y las posibles soluciones a aportar, que pasarían fundamentalmente por el rescate del toro de casta y de la pureza e integridad del espectáculo, entre otras.

Pero los participantes también valoraron otros elementos necesarios, como la unidad de acción en la organización profesional taurina, el decidido apoyo de la Administración pública en cumplimiento del marco jurídico que regula y ampara su actividad, y del fiel y leal ejercicio de la Autoridad a través de las presidencias en los festejos taurinos en cumplimiento del deber de cumplir y hacer cumplir la legislación vigente en materia taurina.

A este respecto, fueron criterios generalizadamente compartidos la responsabilidad de los profesionales para lograr su unidad y a los toreros para que recuperen o profundicen sobre los valores básicos y tradicionales del toreo, asumiendo el protagonismo del toro íntegro y encastado, que exija una lidia de poder y trasmita la emoción a los públicos de los tendidos, y concluyendo que se hace necesario que “el toro en el ruedo volviera a ser estimado como un totem ibérico y el torero como auténtico héroe capaz de asombrar al resto de los mortales con sus inigualables proezas”, en certeras palabras del conocido periodista Javier Hurtado (TVE) durante su intervención como invitado especial en las Jornadas de Málaga.

[1] Como se sabe, en España existen tan sólo dos laboratorios oficiales y especializados en este tipo de estudios veterinarios;: el aquí citado de la Dirección General de la Policía, ubicado en Madrid  en las instalaciones de Canillas, y el que creó el Gobierno Vasco, al asumir en su días las competencias taurinas.

  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es ridiculo ese porcentaje analizado , no hay mas que ver lo que sale en algunas plazas.
Mientras se permitan las fundas la manipulación está asegurada.

Felipe