Tan sólo las astas de seis toros fueron enviadas para su análisis durante
la temporada de 2014 a los modernos laboratorios especializados con los que
cuenta en Madrid la Oficina Central de Asuntos Taurinos (OCAT), de la
Dirección General de Policía. Se trata de un escasísimo número, pero que
preocupantemente viene ya de antes: en 2013 no se remitieronal
Laboratorio las astas de ningún toro y en 2012 tan sólo se enviaron los de 4.
Si damos por
buenas las estadísticas aún no oficiales de lo que ha sido la temporada,
durante 2014 se celebraron 462 corridas de toros y 275 novilladas con
caballos. Quiero ello decir que se lidiaron algo más de 4.400 reses bravas.
Pues bien, de acuerdo con estos datos, el porcentaje de reses que la
autoridad consideró necesario remitir tras su lidia al Laboratorio de
Canillas representó un 0,13%. [1]
No puede
afirmarse con toda rotundidad que por estas cifras tan mínimas que el fraude
se haya erradicado por completo, como tampoco hay bases para afirmar lo
contrario; para ambas cosas habría que aducir las pruebas correspondientes,
de las que se carecen por la escasa actividad que se ha dado al laboratorio
madrileño. Lo que resulta escandaloso --lo único que cabe concluir incluso
por meros criterios estadísticos--, es que algo está fallando en los
reglamentarios mecanismos de inspección y de supervisión, para que la
autoridad gubernativa y veterinaria tan sólo haya localizado esos seis casos
con signos de presunta manipulación entre los miles de toros que han saltado
a nuestros ruedos.
Tan es así
que todo lleva a pensar que los máximos responsables gubernativos deberían
reactivar e impulsar la actividad de Presidentes y autoridades veterinarias
para dar cumplimiento a sus obligaciones en esta materia. Al menos habría que
estudiar, plaza por plaza, cuáles son las causas de lo que aparenta ser una
dejación de funciones.
La
preocupación por la situación actual de estas inspecciones post mortem, que
están reguladas por el artículo 58 del vigente Reglamento Taurino, se puso de
manifiesto en las recientes en las Jornadas de Actualización y Formación de
Presidentes y Delegados de Plazas de Toros, organizados por la División de
Formación de la Dirección General de la Policía y que se celebraron en
Málaga.
Sobre esta
materia, el antiguo veterinario de la plaza de Las Ventas de Madrid,
Francisco J. Jiménez Blanco, expuso detalladamente el modo y forma de la
realización de estas operaciones facultativas a la finalización del
espectáculo y sobre las reses lidiadas en el mismo, y la obligatoriedad de realización
lanzando la sospecha de que la desidia hubiera empujado el desuso de su
práctica, cuando esta labor inspección y análisis sobre las carnes y astas de
los toros sería fundamental para la lucha contra el fraude.
Pero a
la "Integridad del Toro y Exámenes Post-Mortem” también se
refirieron André Roques, responsable del C.AP. (Cuerpo de Presidentes y
Asesores de Corridas de Toros en Francia), Gerard Bordieu, presidente
de AVTF (Asociación de Veterinarios Taurinos de Francia) y Pedro López
Becerra, abogado experto en Derecho Administrativo Taurino.
Íntimamente
ligado a este régimen de inspección veterinaria, se encuentra la Oficina
Central de Asuntos Taurinos (OCAT) de la Dirección General de Policía, con
sede en Madrid, que dirige Marcelino Moronta, quien recordó que, ante las
suspicacias oficialistas y algún enojo que otro en el sector profesional
taurino, esta Oficina tiene, entre otras funciones, la de luchar contra el
fraude en la Fiesta, correspondiéndole la inspección y estudio de las astas
de reses lidiadas sospechosas de manipulación fraudulenta, y los análisis de
muestras biológicas y vísceras de toros y caballos exigidos por la normativa,
disponiendo para ello de herramientas y medios eficaces para efectuarlos,
contando, asimismo, con un potencial humano altamente cualificado y formado
conforme a las previsiones del Reglamento.
Según
explicó, las competencias en materia taurina que le restan a la Dirección
Gral. de la Policía, que no colisionan en absoluto con las trasferidas en su
día a la Comunidades Autónomas, y que ha dado lugar a la creación de la OCAT
bajo la dependencia de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana para la
planificación, dirección y coordinación de las funciones en materia de
espectáculos taurinos atribuidas al Cuerpo Nacional de Policía y en su caso
las funciones de esta naturaleza que deriven de la aplicación de la
legislación autonómica.
Recuperar la
integridad del toro
Pero durante
estas Jornadas de Actualización y Formación, el denominador común de buena
parte de las ponencias se centraron en el análisis de la crisis que
afecta a la Fiesta, y las posibles soluciones a aportar, que pasarían
fundamentalmente por el rescate del toro de casta y de la pureza e integridad
del espectáculo, entre otras.
Pero los participantes también valoraron otros elementos necesarios, como la
unidad de acción en la organización profesional taurina, el decidido apoyo de
la Administración pública en cumplimiento del marco jurídico que regula y
ampara su actividad, y del fiel y leal ejercicio de la Autoridad a través de
las presidencias en los festejos taurinos en cumplimiento del deber de
cumplir y hacer cumplir la legislación vigente en materia taurina.
A este
respecto, fueron criterios generalizadamente compartidos la responsabilidad de
los profesionales para lograr su unidad y a los toreros para que recuperen o
profundicen sobre los valores básicos y tradicionales del toreo, asumiendo el
protagonismo del toro íntegro y encastado, que exija una lidia de poder y
trasmita la emoción a los públicos de los tendidos, y concluyendo que se hace
necesario que “el toro en el ruedo volviera a ser estimado como un totem
ibérico y el torero como auténtico héroe capaz de asombrar al resto de los
mortales con sus inigualables proezas”, en certeras palabras del conocido
periodista Javier Hurtado (TVE) durante su intervención como invitado
especial en las Jornadas de Málaga.
[1] Como se sabe, en España existen tan sólo dos
laboratorios oficiales y especializados en este tipo de estudios
veterinarios;: el aquí citado de la Dirección General de la Policía, ubicado
en Madrid en las instalaciones de Canillas, y el que creó el Gobierno
Vasco, al asumir en su días las competencias taurinas.
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1 comentario:
Es ridiculo ese porcentaje analizado , no hay mas que ver lo que sale en algunas plazas.
Mientras se permitan las fundas la manipulación está asegurada.
Felipe
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