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martes, 26 de abril de 2016

COBRADIEZMOS.........COMETIERON TRES ERRORES O LOS GANADEROS TAMBIEN SE EQUIVOCAN



 SIN QUERER
Por JDPM
Indultar un toro en una plaza dicen los más puristas que es lo peor que  le puede ocurrir a un ganadero, porque se demuestra,  que o bien el ganadero no conoce las reatas en su ganadería, o no tiene el acierto suficiente para elegirlo y tentarlos a su tiempo, embarcándolo para morir en una plaza en lugar de destinarlo para cubrir vacas.
Vaya por delante que a estas alturas de mi carrera profesional ni yo ni nadie puede ni debe cuestionar al compañero y ganadero Victorino Martin hijo porque además de ser una extraordinaria persona, y excelente profesional posiblemente sea,  al menos para mi, junto con Fernando Cuadri, los mejores ganaderos  de bravo en la actualidad, nadie ha hecho tanto por el toro de lidia como Victorino Martin padre , con más premios que años, y ahora Victorino hijo y su hija  Maria del Pilar tercera generación de esta dinastía ganadera.
Perfectos no somos nadie y decisiones de importancia hay que tomarlas  todos los días, unas serán acertadas y otras no pero  hay que realizarlas y a veces en décimas de segundo máxime en una ganadería de aproximadamente 1.100 cabezas donde hay alrededor de 15 sementales más los que están de prueba, por ello no quiero que se entiendan estas opiniones como una crítica a una labor a una trayectoria  y menos a un compañero que me da cien mil vueltas en esto del toro bravo, sino a una decisión en un momento determinado que él sabe  pudo haber sido acertada y  afortunadamente Cobradiezmos lo soluciono en el albero de Sevilla. Sin duda Cobradiezmos se indultó solo, a pesar de todo.
Este articulo está dedicado a cobradiezmos el toro que se ganó su libertad, y puso a todos en su sitio, hasta a quien lo crio, le dio de comer y lo mando a una muerte anunciada.
Un animal según dice Salvador Gimenez en  Cordoba  que trasladó a los asistentes, con su bravura y casta, una emoción imposible de vivir en cualquier otro espectáculo de masas. Desde el aficionado más cabal, hasta el que acudió a la plaza por vez primera, todos, apreciaron la grandeza de esta fiesta, tachada de vetusta y anacrónica por aquellos a los que se les llenan las bocas de libertades, pero que censuran lo que ellos, y sus cortas mentes, consideran va en contra de su pensamiento y en eso que han dado en llamar la libertad animal. 
Y que mayor libertad para un toro de lidia el poder mostrar su bravura, aquella para la que fue criado, en el albero de una plaza de toros. Cobradiezmos la demostró con creces, tanta que se indultó solo. Sus virtudes le hicieron merecedor del perdón de su vida. No fue precisa la muleta de un abogado defensor, como ocurre en otros indultos insustanciales y sin fundamento, para la obtención de la mayor gracia y premio del toro bravo, su propia vida. Cobradiezmos la consiguió por sí solo. 
La selección del toro de un tiempo a esta parte se está haciendo de forma equivocada. No se busca un protagonista, se ha modelado un actor secundario. Un animal que ha perdido sus valores primigenios de poder y fiereza, siendo estos sustituidos por otros que se alejan de lo que conocemos por bravura. El ganadero no selecciona pensando en el espectador, que a la postre es quien consume el producto, sino en otro participe como es el torero. Éste se ve beneficiado. El esfuerzo, diga lo que se diga, es menor. Todo queda artificioso y superficial. La fiesta ha quedado ayuna y huérfana de naturalidad, profundidad y verdad. 
En el momento que el toro vuelva a saltar a los ruedos con las virtudes que Cobradiezmos tuvo en Sevilla, le regeneración que precisa la fiesta estará más cercana. Solo hace falta voluntad y abandonar esa comodidad que nos lleva a la mediocridad tarde tras tarde. Gloria pues a un toro de nombre Cobradiezmos, un toro que se indultó por sí solo.

Cobradiezmos Nº 37
Y ahora vayamos a la opinión razonada.
Cobra diezmos ya reunía exteriormente a simple vista, en la finca Las Tiesas, antes de enviarlo para Sevilla  todas y cada una de las características  que ahora masivamente se alaban por todos y por el propio ganadero "Va a ser un gran semental  y no sólo por su comportamiento sino por su propia morfología. Es un toro de preciosa lámina, una pintura, bajo y bien hecho.” Y que en definitiva, no es más que lo que se conoce como “Trapío” la cuestionada y vilipendiada palabra taurina que nadie quiere oír. 
Técnicamente “fenotipo”, según nuestro querido y recordado profesor Idelfonso Montero Agüera. Todo el conjunto bello y armónico de características morfológicas visibles, en su máximo grado de expresión plenitud  y belleza que el toro ostenta y patentiza y que responda o se correspondan con el tipo zootécnico propio del encaste del cual proceda la ganadería y que desgraciadamente el ganadero o no lo vio o si lo vio, no considero hacerle prueba alguna. Sin duda notable y primer error.
Cobra diezmos en su interior también llevaba ya en la finca, el conjunto de magníficos genes en todos y cada uno de los núcleos celulares como individuo pertenecientes a su reata, técnicamente “genotipo”. Cierto que no se podían ver pero….. Que en los libros estaban asentados y estadísticamente se podían intuir y hasta probar y que desgraciadamente el ganadero o no lo intuyo o no los quiso probar. Segundo error. 


Jaquetón Nº 6 padre de cobradiezmos
Cobradiezmos es hijo de Jaquetón nº 6  y de Cobradiezmas ambos del guarismo 9. Dicen los ganaderos que lo importante de un semental no es su bravura sino la de sus hijos y todos buscan lo que se conoce como un “raceador”  que es aquel semental que solo transmite los caracteres buenos. Desgraciadamente el nº 6  Jaquetón padre de cobradiezmos no podrá transmitir ya descendencia alguna porque fue lidiado  por Antonio Ferrera el mes de agosto de 2013 en Huesca. Según el ganadero, porque tenía unas hechuras muy feas y lo quito pronto de las vacas. Tercer error del ganadero.
Cosa bien distinta es el “comportamiento” de “cobra diezmos “en la plaza. Y aquí el ganadero sí que no tiene la posibilidad de error, y no se puede equivocar, porque no lo puede saber hasta que esos caracteres, salen a relucir y se ven o se demuestran en apenas 20 minutos  de lidia. 
Y cobra diezmos humildemente pero con confianza en sí mismo, con la grandeza de quien se niega a morir, lucho desesperadamente contra los errores cometidos,  la adversidad y por su libertad,  los enseño y se los demostró a su ganadero y a todo el que lo vio. Clase, emoción, repetición, transmisión, alegría, bravura con nobleza, casta, fijeza, humillación, recorrido, intensidad en la embestida, franqueza, verdad……… una obra de arte hecha toro bravo.
Y el público soberano acertó y le perdonó la vida.  

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