SIN QUERER
Por JDPM
Indultar un toro en una plaza dicen los más puristas que es lo peor que le puede ocurrir a un ganadero, porque se demuestra, que o bien el ganadero no conoce las reatas en su ganadería, o no tiene el acierto suficiente para elegirlo y tentarlos a su tiempo, embarcándolo para morir en una plaza en lugar de destinarlo para cubrir vacas.
Indultar un toro en una plaza dicen los más puristas que es lo peor que le puede ocurrir a un ganadero, porque se demuestra, que o bien el ganadero no conoce las reatas en su ganadería, o no tiene el acierto suficiente para elegirlo y tentarlos a su tiempo, embarcándolo para morir en una plaza en lugar de destinarlo para cubrir vacas.
Vaya por delante que a estas
alturas de mi carrera profesional ni yo ni nadie puede ni debe cuestionar al
compañero y ganadero Victorino Martin hijo porque además de ser una
extraordinaria persona, y excelente profesional posiblemente sea, al menos para mi, junto con Fernando Cuadri, los mejores
ganaderos de bravo en la actualidad,
nadie ha hecho tanto por el toro de lidia como Victorino Martin padre , con más
premios que años, y ahora Victorino hijo y su hija Maria del Pilar tercera generación de esta
dinastía ganadera.
Perfectos no somos nadie y
decisiones de importancia hay que tomarlas todos los días, unas serán acertadas y otras no
pero hay que realizarlas y a veces en décimas
de segundo máxime en una ganadería de aproximadamente 1.100 cabezas donde hay
alrededor de 15 sementales más los que están de prueba, por ello no quiero que
se entiendan estas opiniones como una crítica a una labor a una
trayectoria y menos a un compañero que
me da cien mil vueltas en esto del toro bravo, sino a una decisión en un
momento determinado que él sabe pudo
haber sido acertada y afortunadamente Cobradiezmos
lo soluciono en el albero de Sevilla. Sin duda Cobradiezmos se indultó solo, a
pesar de todo.
Este articulo está dedicado a cobradiezmos
el toro que se ganó su libertad, y puso a todos en su sitio, hasta a quien lo crio, le
dio de comer y lo mando a una muerte anunciada.
Un animal según dice Salvador Gimenez en Cordoba que trasladó
a los asistentes, con su bravura y casta, una emoción imposible de vivir en
cualquier otro espectáculo de masas. Desde el aficionado más cabal, hasta el
que acudió a la plaza por vez primera, todos, apreciaron la grandeza de esta
fiesta, tachada de vetusta y anacrónica por aquellos a los que se les llenan
las bocas de libertades, pero que censuran lo que ellos, y sus cortas mentes,
consideran va en contra de su pensamiento y en eso que han dado en llamar la
libertad animal.
Y que mayor
libertad para un toro de lidia el poder mostrar su bravura, aquella para la que
fue criado, en el albero de una plaza de toros. Cobradiezmos la demostró con creces, tanta que se indultó
solo. Sus virtudes le hicieron merecedor del perdón de su vida. No fue precisa
la muleta de un abogado defensor, como ocurre en otros indultos insustanciales
y sin fundamento, para la obtención de la mayor gracia y premio del toro bravo,
su propia vida. Cobradiezmos la
consiguió por sí solo.
La selección del toro de un tiempo a
esta parte se está haciendo de forma equivocada. No se busca un protagonista,
se ha modelado un actor secundario. Un animal que ha perdido sus valores
primigenios de poder y fiereza, siendo estos sustituidos por otros que se
alejan de lo que conocemos por bravura. El ganadero no selecciona pensando en
el espectador, que a la postre es quien consume el producto, sino en otro
participe como es el torero. Éste se ve beneficiado. El esfuerzo, diga lo que
se diga, es menor. Todo queda artificioso y superficial. La fiesta ha quedado
ayuna y huérfana de naturalidad, profundidad y verdad.
En el momento que el toro vuelva a saltar a los ruedos con las virtudes
que Cobradiezmos tuvo
en Sevilla, le regeneración que precisa la fiesta estará más cercana. Solo hace
falta voluntad y abandonar esa comodidad que nos lleva a la mediocridad tarde
tras tarde. Gloria pues a un toro de nombre Cobradiezmos, un toro que se indultó por sí solo.
Cobradiezmos Nº 37
Y ahora vayamos a la opinión
razonada.
Cobra diezmos ya reunía exteriormente
a simple vista, en la finca Las Tiesas, antes de enviarlo para Sevilla todas y cada una de las características que ahora masivamente se alaban por todos y
por el propio ganadero "Va a ser un gran
semental y no sólo por su comportamiento sino por su propia morfología. “Es un toro de preciosa lámina, una
pintura, bajo y bien hecho.” Y que en definitiva, no es más que
lo que se conoce como “Trapío” la cuestionada y vilipendiada palabra taurina
que nadie quiere oír.
Técnicamente “fenotipo”, según nuestro querido y
recordado profesor Idelfonso Montero Agüera. Todo el conjunto bello y armónico de
características morfológicas visibles, en su máximo grado de expresión plenitud
y belleza que el toro ostenta y patentiza
y que responda o se correspondan con el tipo zootécnico propio del encaste del
cual proceda la ganadería y que desgraciadamente el ganadero o no lo vio o si
lo vio, no considero hacerle prueba alguna. Sin duda notable y primer error.
Cobra diezmos en su interior también
llevaba ya en la finca, el conjunto de magníficos genes en todos y cada uno de
los núcleos celulares como individuo pertenecientes a su reata, técnicamente
“genotipo”. Cierto que no se podían ver pero….. Que en los libros estaban
asentados y estadísticamente se podían intuir y hasta probar y que
desgraciadamente el ganadero o no lo intuyo o no los quiso probar. Segundo error.
Jaquetón Nº 6 padre de cobradiezmos
Cobradiezmos es hijo de
Jaquetón nº 6 y de Cobradiezmas ambos
del guarismo 9. Dicen los ganaderos que lo importante de un semental no es su
bravura sino la de sus hijos y todos buscan lo que se conoce como un “raceador” que es aquel semental que solo transmite los
caracteres buenos. Desgraciadamente el nº 6 Jaquetón padre de cobradiezmos no podrá transmitir ya descendencia alguna porque
fue lidiado por Antonio Ferrera el mes
de agosto de 2013 en Huesca. Según el ganadero, porque tenía unas hechuras
muy feas y lo quito pronto de las vacas. Tercer error del ganadero.
Cosa bien distinta es el “comportamiento” de “cobra diezmos “en la plaza. Y
aquí el ganadero sí que no tiene la posibilidad de error, y no se puede
equivocar, porque no lo puede saber hasta que esos caracteres, salen a relucir y se ven o se demuestran en apenas 20
minutos de lidia.
Y cobra diezmos humildemente
pero con confianza en sí mismo, con la grandeza de quien se niega a morir,
lucho desesperadamente contra los errores cometidos, la adversidad y por su libertad, los enseño y se los demostró a su ganadero y
a todo el que lo vio. Clase, emoción, repetición, transmisión, alegría, bravura
con nobleza, casta, fijeza, humillación, recorrido, intensidad en la embestida,
franqueza, verdad……… una obra de arte hecha toro bravo.
Y el público soberano acertó y le perdonó la
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario