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miércoles, 18 de enero de 2017

SE PIDE UN IMPOSIBLE

TORO INTEGRO
Ganaderos íntegros, Empresarios íntegros…..Fiesta integra


Integridad deriva del adjetivo integer, que significa intacto, entero, no tocado o no alcanzado por un mal. Observando las raíces de este adjetivo, este se compone del vocablo in, que significa no, y otro término de la misma raíz del verbo tangere, que significa tocar o alcanzar, por lo tanto, la integridad es la pureza original y sin contacto o contaminación con un mal o un daño, ya sea físico o moral. Integridad se refiere al estado de lo que está completo o tiene todas sus partes, es la totalidad, la plenitud. Lo íntegro es algo que tiene todas sus partes intactas sin manipular.

Hace ya algún tiempo que el Tribunal Supremo dictó un auto que confirmaba que “el ganadero es responsable de la integridad del toro”, de su pertenencia hasta el momento de la lidia, desestimando el recurso que interpuso la Unión de Criadores contra el reglamento del 2 de febrero del año 1996 vigente en ese momento. El Supremo  resolvió que esa responsabilidad de los ganaderos no es "imposible de cumplir", como sostenía su representación procesal, ya que el reglamento "se limita a establecer la obligación que tienen de asegurar al público la no manipulación fraudulenta de las astas, lo que se justifica en función de la intervención y competencia que el reglamento les otorga hasta el momento de la lidia".

El auto añadía que "esta intervención y competencia no cesa cuando la corrida es vendida y las reses son encajonadas y embarcadas para su transporte a la plaza". De suspenderse lo preceptuado en el reglamento, razonaba el tribunal, se produciría "una grave perturbación de los intereses públicos, tanto en el ámbito de los derechos de los ciudadanos como el de los profesionales que intervienen en los festejos".

Pues bien estamos en  2017 y hay que decir que la Unión de Criadores sabía lo que decía, la integridad del toro es imposible de cumplir y ¿saben porque?

Pues porque para que el toro sea integro, todos los intervinientes en el entramado taurino, tienen que ser íntegros, tener integridad personal, todos, desde el que lo cría hasta el que lo mata .Y esa integridad personal se refiere, a un individuo honesto, que tiene control emocional, que tiene respeto por sí mismo, que tiene respeto por los demás, responsable, leal, que no se vende, y que tiene firmeza en sus acciones, por lo tanto, es intachable. La integridad, es un valor y una cualidad de quien tiene entereza moral, rectitud y honradez en la conducta y en el comportamiento. La integridad es la adherencia firme a una moral estricta o a un código ético. También tiene que ver con ser irreprochable. En general, una persona íntegra es alguien en quien se puede confiar.

¿Pero se puede en la época actual que nos ha tocado vivir ser integro? ¿Son íntegros los que gobiernan? ¿Son íntegros los que se oponen? ¿Son íntegros los que administran justicia? ¿Se puede confiar en ellos?  ¿Se puede hoy día cumplir todas y cada una de las cualidades anteriores? ¿Se puede evitar sucumbir a la presión de grupo, respetando tu código ético a pesar de lo que lo demás piensen?
¿Se puede no ceder ante personas e instituciones que desean que hagas cosas que no quieres hacer?

Pues miren ustedes, habra de todo, unas veces sí y otras no, como la vida misma.

Por eso el toro de lidia será, íntegro unas pocas veces y la mayoría de las veces no, porque en definitiva la integridad personal del entramado taurino, tiene circunstancias agravantes, atenuantes y hasta eximentes, situaciones económicas, civiles y sociales, y hasta nombres y apellidos. Como la vida misma

http://terceraviso.blogspot.com.es/2016/12/se-pide-un-imposible.html

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