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miércoles, 28 de diciembre de 2016

CAMBIAR Y EVOLUCIONAR


CAMBIAR Y EVOLUCIONAR

      Demetrio Pérez Carretero Director General de Interior, Emergencias y Protección Civil de la Junta de Andalucía  manifestaba recientemente, en un medio escrito de Sevilla  su deseo de abrir el debate para cambiar el Reglamento andaluz porque el papel de la Administración «no es ser protagonista pero sí un dinamizador permanente de la Fiesta Taurina». La Fiesta es un fenómeno económico, medioambiental y cultural y Andalucía tiene que renovarse  modernizando la Norma.
Y decía estar muy centrado en mejorar el trato al toro de lidia desde el campo hasta la plaza, y en la liturgia ajustando mejor los tercios.

     Queremos abrir un debate decía, en torno a cuestiones como si tienen sentido las banderillas negras, que la duración del festejo sea menor, si es necesario que salgan dos caballos de picar, si hay que cambiar la puya o incluso si hay que dar orejas o sustituirlas por otro premio, además de regular el toreo a caballo.
También se refería a la puntilla y al descabello. Según el, la puntilla genera una tensión innecesaria y habría que cambiar porque la tradición ha ido renovándose y evolucionando. Y además afirmaba que hay un sistema más moderno que hace que el toro sufra menos.
También era partidario de mejorar la formación de los presidentes y los veterinarios para alcanzar criterios comunes. Todo ello pensando en que los cambios del reglamento deben ser fruto de un debate de todos mirando hacia el futuro, buscando la modernización y la viabilidad de la Tauromaquia.
Antecedentes
El actual Reglamento taurino vigente en Andalucía se publicó en 2006, años después que el cordobés José Antonio Soriano, responsable de juegos y espectáculos de la Junta de Andalucía, recibiera el marrón de manos del Parlamento Andaluz, en un momento en que los parlamentarios instigados por el andalucista malagueño, Ildefonso del Olmo se les ocurriera, meterle mano a un sector de la vida pública  española donde aún los políticos no habían trabajado lo suficiente como era “el mundo del toro”.
Ya entonces fue difícil poner de acuerdo a estamentos con intereses tan dispares a pesar de la paciencia y del extraordinario talante negociador de Jose Antonio. Se hablaba entonces de un razonable consenso. Por un lado los empresarios no estaban de acuerdo con que hubiera una fianza y un registro de empresarios, aunque  pareciera una medida lógica de control y transparencia en un país democrático, que evitara el intrusismo, el engaño y la piratería, sobre todo en ayuntamientos modestos que por poner los festejos de las ferias en manos de rateros habían sufrido un sofocón en sus arcas. Y que aún siguen sin estar de acuerdo con estas medidas de responsabilidad.
Los toreros ni estaban entonces y aún siguen sin estar de acuerdo con que ellos, no tengan la libertad absoluta de la dirección de la lidia, de toda la lidia. Y los aficionados puristas o no puristas, siguen sin estar de acuerdo con que se pueda lidiar un toro cuando haya sospechas de manipulación, ya saben ustedes aquello de “lidiar bajo la responsabilidad del ganadero”. Porque sin duda y como ha quedado demostrado pasados 10 años de su implantación, no ha resuelto absolutamente nada sobre la integridad, ni sirve para combatir el fraude, ahora se manipula más que nunca y sigue sin solución por falta de interés y de voluntad para llevarlo a cabo.
A modo de resumen estas fueron algunas de las modificaciones más relevantes en el año 2006 y que en la actualidad están en vigor:
·          Reducción del peso del caballo de picar y del peto.
·          Reducción de la puya
·          Mayor libertad de decisión para el matador para el cambio de tercios.
·          Registro de empresarios taurinos. En este apartado, a petición de los empresarios, se redujo la fianza inicialmente prevista.
·          Mantener las banderillas negras, que inicialmente en el borrador se habían suprimido.
·          Peso máximo para novillos.
·          Señalamiento de las reses en el campo por parte de los veterinarios, el reconocimiento oficial sigue siendo en los corrales de la propia plaza de toros.
·          Informe del veterinario solo vinculante, en temas sanitarios.
·          En el caso de sospecha de manipulación se incluye la lidia “bajo responsabilidad del ganadero” en un documento firmado por éste antes del sorteo
·          Obligación de cortar dos orejas en un mismo toro para salir a hombros por la puerta grande.
·          Nueva regulación del tiempo estimado para la suerte de matar y sus avisos.
·          Ampliación del indulto a plazas de tercera categoría de Andalucía. Y no obligatoriedad de disponer del material necesario para determinar el fraude del afeitado en estas plazas.

El Cambio
Han pasado  apenas diez años de su publicación, para algunos pueden parecerle una eternidad y para otros muy poco tiempo, si nos atenemos a aquello de que “al que no hace nada no le pasa nada “.
 Y  casualidades de la vida con Idelfonso del Olmo presidente de la plaza de toros de Málaga, la Administración de Andalucía  que no desea «ser protagonista pero sí un dinamizador permanente de la Fiesta Taurina» de nuevo abre el debate porque hay que renovarse, cambiar y modernizar la Norma.
En estos diez años la sociedad en general ha evolucionado y la Fiesta no ha sido ajena a los cambios. Algunos pensaran que para peor, posiblemente abocados por culpa de la mala praxis de todos y la muy dudosa gestión a la que se ha visto sometida en los últimos tiempos, y otros pensamos que estamos a tiempo de arreglarlo o iremos abocados a una muerte anunciada, seguramente todos llevan la razón, hay que evolucionar y cambiar pero hay que hacerlo bien.
Y esos cambios, si se llega al consenso de que son necesarios, deben ser fruto de un debate mirando hacia el futuro, buscando la mejora, la modernización y la viabilidad para evolucionar y continuar pero sin perder la esencia de la Fiesta como manifestaba Demetrio Pérez.
La Fiesta en la actualidad está demasiado politizada, dice el aficionado. ¿Y que no está politizado en este país? Sin embargo la fiesta de los toros que fue creada por el pueblo, es propiedad del pueblo, de la gente, no de ninguna clase de casta o partido y tal vez habría que reflexionar para dotarla de un contexto civil muy diferente y mucho más amplio, y olvidarse de la trascendencia de modas animalistas, antis, verdes o morados, que no han sido nunca determinante en la Fiesta de los toros, a no ser que se quieran utilizar como excusa para “despistar”. Y esto se debería tener en cuenta en el debate.
Hay que hacer las cosas bien no distintas y  con mucho cuidado.
El Procedimiento Reglado
Sobre las Técnicas analíticas y el procedimiento
Biológicas:
Habrá que estudiar la adecuación de las técnicas analíticas del siglo pasado al siglo XXI, no me cabe la menor duda. La sociedad en general ha evolucionado y  “el Procedimiento Reglado” debe ser acorde con las exigencias legales actuales. La Orden de 7 de julio de 1997 por la que se determinan el procedimiento y el material necesario para la toma de muestras biológicas de las reses de lidia y los caballos de picar en los espectáculos taurinos está obsoleta y ni es la adecuada, ni la más garantista de los derechos de todos los intervinientes.
Y hoy con la cantidad de abogados expertos, todo debe estar perfectamente garantizado, protocolizado y ser de fácil cumplimiento, para ello se deberá dirimir entre otras razones, desde quienes deberán estar presenten en el acto de tomarlas, hasta que técnicas analíticas son las más adecuadas según qué caso, y la naturaleza de las sustancias que se pretenden investigar, no es lo mismo buscar Clorhidrato de Xilacina (Rompun, Xilagesic) que Clorhidrato de Ketamina mas Clorbutamol (Imalgene) o Tiletamina más Zolacepán (Zoletil). Ni dexametasona (Resdex, Deyanil, Voren), Fenilbutazona, Meloxicam (Metacam), que Indometacina, Diclofenaco, Ibuprofeno, Flunixin meglumina (Finadyne) o Carprofen (Rimadyl), sustancias todas utilizadas o como tranquilizantes en el transporte del toro desde al campo hasta la plaza, o como analgésicos y antiinflamatorias para tratar las cojeras. Por tanto deberá ser el laboratorio específico, homologado y designado el que defina las pautas o protocolo en función de las especificaciones técnicas que tenga establecidas para llevar a cabo la analítica oportuna. Habrá que legislar al respecto
Cuernos:
Parece una incongruencia en la evolución, que en la era digital, de la electrónica, y del 3D,  todavía se sigan midiendo cuernos y que las técnicas no hayan evolucionado.  Las Facultades de Veterinaria y en particular la de Córdoba algo tendrán que decir en relación a explorar otras posibilidades que complementen o sustituyan a las actuales.
Por todo ello tal vez se deba dado la complejidad de estos dos asuntos consensuar:
1º.- Formación de un equipo profesional distinto, a los equipos de los reconocimientos para la aptitud para la lidia y que debería ser específico en relación al procedimiento de toma de muestras, de cuernos, orina y sangre, porque ¿realmente todos los veterinarios de las plazas, disponen de las habilidades, experiencia, conocimientos actualizados, medios y preparación en esta materia tan especifica cómo es el procedimiento legal actual de toma de muestras? ¿Y los presidentes saben de lo que estamos hablando?
2º.- Definir cuantos equipos de profesionales específicos son necesarios y que función deberán tener cada uno para realizarlas, complementándose con los equipos de reconocimiento.
Sin duda habrá que debatirlo, al igual que la responsabilidad del ganadero, del empresario, del torero, medios, presupuesto, costes, laboratorios, custodia de las muestras, defectos de forma, recursos para que las resoluciones no  se alarguen en el tiempo, sanciones acordes con la realidad, etc. Estará en juego la credibilidad de unos profesionales y las garantías de un procedimiento reglado, donde hay que inculcar la garantía, transparencia y los derechos de todos, empresarios,  ganaderos, toreros  y público.
Sobre la sustitución de la puntilla
Afirmaba el actual Director General de Interior, Emergencias y Protección Civil de la Junta de Andalucía que hay un sistema más moderno que hace que el toro sufra menos.
Seguramente se refería a la puntilla, prohibida como método de aturdimiento por la Organización Mundial de la Salud Animal desde el año 2006, y su sustitución por la pistola de perno cautivo,  una pistola que dispara un cartucho de fogueo, empujando un pequeño perno metálico por el cañón, el perno penetra en el cráneo del toro, produciendo una conmoción al lesionar el cerebro e incrementar la presión intracraneal, causando un hematoma. ¿Y así el toro sufre menos?... Yo creo que estamos introduciendo un problema mayor que el existente con tal de “despistar”.
La puntilla es un ritual normalizado y aceptado por todos, otra cosa es que a los excepcionales puntilleros profesionales los hayan sustituido los terceros taurinos y haya quien  no sepa utilizarla.
La pistola es un artefacto nuevo, no está engrasado en la Fiesta que conocemos y su mala utilización puede ser mucho más impactante para el público y hasta más denigrante para el toro.
Y la pregunta es ¿sustituiremos en el nuevo reglamento, el puntillero profesional de Plaza, por el pistolero profesional de Plaza con titulación y contratado por la empresa?, o cualquier subalterno como ahora, la podrá utilizar para ahorrar costes y personal, que adiestramiento se le va a exigir, que variante de pistola y cartuchos se va a homologar, cualquiera en cualquier Plaza estará autorizado etc., cuidado con esto, porque  el espectáculo puede ser dantesco en caso de utilización inexperta e inadecuada y la verdad tampoco aporta nada al bienestar animal.
O lo que es peor, vaya a ser que realmente lo que se pretenda sea el dos por uno es decir sustituir el descabello y la puntilla por la pistola y entonces veremos multitud de situaciones vergonzosamente ventajistas con el toro de pie, difíciles de justificar. Que se lo piensen los defensores de la supuesta innovación. 
Cambio y evolución basado en la verdad
Todo esto que se estudie, se debata y sin duda estará muy bien, pero no será suficiente. Las modificaciones que se realicen en el nuevo reglamento deben tener mucho mayor calado y estar basadas en la verdad,  en la transparencia y en la autenticidad del espectáculo,  y deben opinar: toreros, ganaderos, empresarios, médicos, veterinarios, presidentes de plazas de toros, periodistas, apoderados, veedores, puntilleros, el que pinta las rayas etc.,  para dar a conocer la situación real de la Fiesta, incluidos pecados, vicios y defectos. No queda otra solución: Hay que recuperar la limpieza, la honradez, y la autenticidad de una Fiesta Única en el Mundo.
Ahora bien si se siguen ocultando, o tapando con “el despiste”, los pecados, vicios y fraudes en todas sus formas. Si no se defiende la verdad del toro, si se sigue sin escuchar al aficionado,  la administración o sus representantes, seguirá siendo culpable de esta decadencia, compartiéndola con los que desde dentro del espectáculo, actúan, impidiendo  la necesaria evolución.
Eso, o estarse quieto y dejarlo para el próximo o proxima, por aquello de “al que no hace nada no le pasa nada “.


1 comentario:

Anónimo dijo...

No creo que ahora sea conveniente cambiar el Reglamento, abrir el melón puede ser contraproducente, a no ser que se vean obligados para dar la sensación que se preocupan por el bienestar animal del toro, estas modas animalistas pasan, cuando quienes las defienden ocupan un cargo y cobran del erario publico. Diez años es muy poco tiempo para reformar algo que ni siquiera se ha implantado.
Enhorabuena por vuestro blog, los aficionados cada vez nos sentimos mas decepcionados desde que los políticos intentan arreglar algo.