En un principio, y durante siglos, en España el toreo se ejecutó a caballo. Era como un divertimiento de los señores acomodados quienes, al observar y estudiar el desarrollo de los instintos del astado, dedujeron la conveniencia de limitar su área de acción, de manera que, el toro que solo solía ser agresivo cuando se le molestaba, no pudiera huir la pelea, siendo el resultado de ello emocionante y divertido. De ahí surgió la primera idea de la plaza de toros, que en un principio se limitó a una cerca rudimentaria en pleno campo.
Pero, el ejercicio de los caballeros en sus enfrentamientos con los toros, requería otro estímulo que el simple recreo. Necesitaban el testimonio multitudinario que alentase la proeza de los protagonistas. Así comenzó a iniciarse el espectáculo taurino y llevarlo a las ciudades, habilitándose las primeras plazas circunstanciales.
Los diversos modos y formas de burlar y esquivar las embestidas de los toros, emociona y entusiasma al pueblo. El arriesgado ejercicio promueve la organización de fiestas, que se disponen para agasajar a reyes y príncipes o para reales conmemoraciones. ra tal el júbilo popular que producía estos acontecimientos, que poco a poco, el protagonismo, que en un principio fue exclusivo de los señores de alto linaje, fue dejando paso a caballistas camperos del pueblo, que a veces demostraban más arte y destreza. Así se iniciaba la participación activa del pueblo en las prácticas del toreo, hasta producirse la metamorfosis del cambio del toreo a caballo al toreo a pie y alcanzar la condición artística y técnica actuales.
Ya por el siglo XI, de crónicas de la época se deduce que las corridas de toros, antes de convertirse en espectáculo propiamente dicho, fue un entretenimiento del pueblo. Los toros cogidos en el campo, posiblemente a lazo, eran conducidos enmaromados (con cuerdas gruesas de esparto) a la ciudad, y allí lidiados groseramente y muertos con dardos o lanzas cortas y arrojadizas.
Con el paso del tiempo, se va instituyendo el toreo a caballo, que llegará a ser realizado hasta el siglo XVIII, cuando con la llegada de la Casa de Borbón al trono de España, Felipe V, que por cierto no era nada aficionado a la fiesta de los toros, modifica la suerte de picar con vara larga, pero por poco tiempo, solo hasta que los peones de los varilargueros comenzaron a permitirse ciertas licencias que no hubieran tenido con los caballeros en plaza. Así nace el toreo a pie, que alcanzaría la consideración de arte a mediados de siglo.
Es aventurado fijar una fecha para precisar el inicio de la suerte de matar a pie, pues ha sido un proceso evolutivo que llega hasta los tiempos de Pedro Romero, quien fue el padre de la suerte de matar “recibiendo”, siendo ésta la forma de matar hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Esta suerte se ejecutó regularmente hasta que Joaquín Rodríguez “Costillares”, inventa el “volapié” para matar los toros quedados o parados, suerte que hoy por hoy es utilizada en la mayoría de los casos.
FASES DE LA SUERTE.
La suerte de matar, consta de tres fases:
Preparación: Dependerá de los terrenos, las querencias del toro.
Colocación: Del torero y del toro.
Ejecución: Clasificación, Formas, Salida o remate.
Lo primero que deberá hacer el torero es situarlo en suerte, es decir, colocarlo en un lugar de la plaza donde el toro se entregue más. Esto lo debe de ver el lidiador durante la faena, ya que hay lugares que son más propicios al toro.
Las querencias hacen que en esos lugares, el toro se muestre más proclive a quedarse quieto por encontrarse más a gusto, sin despistarse, y a la vez se arranca mejor al estímulo del cite.
Para matar, es fundamental que el toro esté quieto, fijo en la muleta y cuadrado, o sea, que tenga las manos a la misma altura y juntas, para que las escápulas permanezcan separadas al máximo y ofrezcan el suficiente espacio para penetrar el estoque.
El torero situado frente al toro, lo citará echándole la muleta al hocico, lo más bajo posible para que éste, al humillar, facilite en lo posible la entrada del estoque.
Lo primero que valoraremos a la hora de ver la estocada, es la rectitud como se haya tirado el torero sobre el astado. No se puede clasificar bien una estocada saliéndose de la suerte (aliviándose).
Después hay que valorar la trayectoria y profundidad de la estocada.
Una estocada en todo lo alto es, sencillamente imposible porque, o bien habría que poner el estoque entre dos vértebras, con lo que se seccionaría la médula espinal, o bien se pincharía en hueso.
En el primer caso, el toro se caería y el matador caería encima de él porque no le daría tiempo a pararse en su carrera por salir de la suerte.
El sitio ortodoxo de dejar el estoque es el hoyo de las agujas, también llamado en la cruz, los rubios, en la yema, etc... de mil maneras.
Lo que está claro es que, sin una buena colocación, la estocada no es buena. Hoy en día, y por gran parte de público se aplauden bajonazos solo por haber desaparecido todo el acero en el cuerpo, siendo de mucho más mérito un pinchazo arriba entrando con rectitud que un bajonazo entero en los bajos.
CLASIFICACIÓN DE LA ESTOCADA.
• SEGÚN EL TERRENO.
• SEGÚN LA COLOCACIÓN.
• SEGÚN LA UBICACIÓN.
• SEGÚN LA DIRECCIÓN.
SEGÚN EL TERRENO.
EN TABLAS.
EN EL TERCIO.
EN LOS MEDIOS.
EN TABLAS.
En tablas propiamente dicho: Se dice que el toro está en tablas, cuando se encuentra con los cuartos traseros apoyados en las tablas y el cuerpo sesgado (torcido o doblado) en relación con ellas.Exige un mayor esfuerzo y riesgo por parte del torero.
Al hilo de las tablas:Cuando el toro está con el costado pegado a la barrera.El animal tiene querencia hacia tableros, facilitando la ejecución de la Suerte.
EN EL TERCIO.
Suerte Natural.
El costado derecho del toro está paralelo a las tablas. Al ejecutar la suerte, el torero se quedará en el terreno cercano a tablas, mientras que el toro saldrá por las afueras hacia el centro del ruedo.
Suerte Contraria.
El toro tiene el costado izquierdo paralelo a la barrera. Al ejecutar la suerte, el torero saldrá hacia fuera y el toro hacia las tablas.Esta suerte es aconsejable, cuando el toro mansea y tiene querencia a tablas.
De dentro a fuera.
El toro se encuentra en el tercio, dando la cara a las tablas.El torero debe de ejecutar la suerte partiendo de dentro y tirándose hacia fuera, lo que conlleva el lógico peligro.
Suerte de Banderillas.
El toro está perpendicular a las tablas, con la cabeza dirigida hacia el ruedo.No hay que confundirla con la suerte a paso de banderillas.
EN LOS MEDIOS.
Es el terreno más neutro de todos puesto que es difícil que el toro desarrolle aquí querencias. El toro empujará y hará menos por el torero a la hora de ejecutar la suerte.
SEGÚN LA COLOCACIÓN.
EL ESTOQUE NO PENETRA.
Pinchazo (soltando o sin soltar): El diestro pincha en hueso, repeliendo el estoque.
Metisaca: El torero mete y saca inmediatamente la espada, en un mismo acto.
EL ESTOQUE PENETRA.
Pinchazo hondo: El estoque penetra pocos centímetros.
Estocada corta: Penetra más de 1/3
Media estocada: Penetra la mitad.
Estocada honda: Queda dentro el acero en sus 2/3 partes.
Estocada entera: Penetra todo el estoque en el toro.
SEGÚN LA UBICACIÓN.
Pasada: El estoque penetra POCO por detrás de la cruz.
Trasera: El estoque penetra BASTANTE por detrás de la cruz.
Delantera: El estoque QUEDA UN POCO DELANTE de la cruz.
Pescuecera: Penetra más delante, casi en el cuello.
Caída: Estocada que cae un poco a la derecha de la cruz.
Baja: Está aún más a la derecha.
Bajonazo: Si el grado de caída es escandaloso.
Golletazo: Estocada administrada a ambos lados del cuello del toro.
SEGÚN LA DIRECCIÓN.
Atiende a la posición en que queda el estoque y no a su colocación. Atendiendo a la posición normal de la estocada, que debe ser oblicua, formando un ángulo de aproximadamente 45º respecto al dorso del toro.
Perpendicular: Cuando tiende a esa dirección.
Tendida: El ángulo es mucho menor y el estoque se inclina hacia la horizontalidad.
Atravesada y atravesada del lado contrario: Según que tengan una tendencia marcada de derecha a izquierda o de izquierda a derecha respectivamente, al quedar clavado el estoque en el toro.
Envainadas: Quedan clavadas entre la piel y la carne.
Ladeadas: Delanteras ligeramente caídas y con buena dirección.
Las idas: Aquellas en que el estoque en vez de entrar con los filos horizontalmente, entran formando una vertical, lo que hacen que no cause tanto daño dentro del toro.
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