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lunes, 12 de octubre de 2009

CONOCER AL TORO


CONOCER AL TORO
Los sentidos del toro de lidia

Como todo animal, el toro se basa en sus sentidos, que ha desarrollado a lo largo de los siglos para salvarse de los peligros externos, que procedían principalmente de sus depredadores superiores. Sentidos algunos más desarrollados, como el olfato o el oído, y otros menos, como la vista.

La vista
No es ciertamente su sentido más desarrollado, ni el más acusado. El toro no ve entre 0,4 y 1 metros, del mismo modo que no distingue los colores, tal y como existen en el espectro. Al tan manoseado argumento de que el toro embiste al color rojo, habría que preguntarse: ¿entonces por qué no embiste a la barrera, generalmente pintada de ese color? Es más, la muleta no fue siempre roja, y el capote tampoco lo es.
El toro no matiza la diversidad de colores y tonalidades otra cuestión sería la traducción en gama de grises que provocan los impulsos monocromáticos que percibe.
El campo de visión del toro es de unos 250º y su parte ciega de 110º. El toro ve con cada ojo unos 20º del campo visual del otro ojo (visión binocular) y 115º de visión monocular por cada ojo en su lado respectivo.
El toro realmente acomete a lo que se mueve, bien por considerarlo un peligro para él, bien por entender que está invadiendo su terreno, sin embargo la mirada del toro cambia con cada ejemplar, así, puede ser profunda, enigmática, fiera y temible, aunque no siempre agresiva, perdida, noble o despavorida. La mirada fija durante la lidia, (llamada fijeza), es considerada positiva por los ganaderos y profesionales, al denotar buena casta, la fijeza es lo contrario de desparramar la vista, algo propio del toro que se distrae. En cualquier caso, la vista en el toro es uno de los sentidos más importantes en la lidia, de ahí que cualquier defecto los inutilice para tal menester. Es defectuoso el toro:
Reparado de la vista: cuando tiene una pérdida casi total en un ojo como consecuencia de haber padecido cualquiera de las enfermedades idiopáticas propias del órgano visual conjuntivitis, queratitis, glaucoma iridiociclitis etc. lo que se conoce en términos taurinos como un pajazo o una nube.... si la pérdida es total se le denomina tuerto.
Burriciego: entre los que hay que distinguir:
El miope: forma las imágenes delante de la retina, ve bien de cerca, pero no de lejos. Tiene los ojos saltones o ahuevados. (Encaste sta. Coloma y saltillo)
El hipermétrope: forma las imágenes detrás de la retina ve poco de cerca. Tiene los ojos pequeños y hundidos. (Encaste parladé)
El toro también padece astigmatismo como efecto concomitante.
Se piensa que el toro de lidia realmente es un animal “hipermétrope con sospecha de astigmatismo como efecto concomitante y con ceguera para algunos colores” y que la luminosidad intensa y la hipoxia (falta de oxigeno) así como el dolor intenso y la vasoconstricción producida durante la lidia disminuyen la visión, quedaría por resolver si esto se puede aplicar a la generalidad de la raza de lidia o habría que establecer diferencias dependiendo del encaste del cual proceda la ganadería.
¿Y tal vez habría que preguntarse realmente cuantos ganaderos saben el porcentaje de toros con problemas de visión en su ganadería? con la importancia que esto tiene para el torero que se tiene que poner delante.

El oído
Es el sentido más desarrollado del toro, el toro amusga las orejas para incrementar su capacidad de escucha, empleando el pabellón auricular como si de un radar o una antena parabólica se tratara, hay quien ve también en la acción de amusgar un aviso de embestida, de peligro, etc., la vaca muge al becerro cuando atisba el peligro, y el becerro, salvo que esté dormido, se comunicará del mismo modo cuando esté perdido.

El olfato


Es un sentido muy desarrollado en los toros. La acción de ventear es muy común en estos animales que así pueden escudriñar no sólo el peligro, sino también saber de la tormenta y los vientos, conocer la época de celo de las hembras, y éstas, a su vez la localización de las crías, entre otras funciones. Dicen los hombres de campo, que una vaca es capaz de encontrar a su cría a varios kilómetros de distancia a través del olfato, del mismo modo, la cría es capaz de reconocer, entre muchas vacas, a la que es su madre. El Dr. Aja manifestaba en el congreso de veterinarios celebrado en Zaragoza en el 1994 que los toros presintieron el terremoto de México gracias a su sentido del olfato, y muchos toreros afirman que el toro es capaz de oler el miedo, lo cual tiene su explicación pues, el ser humano, cuando siente miedo, segrega adrenalina, que es olfateada por estos animales.
  

 El tacto

 Está claro que no es como el tacto humano, pero los toros tienen también este sentido, potenciado por unos túbulos y papilas epidermales, ricamente inervadas por terminaciones nerviosas capaces de definir el tipo de suelo, condiciones de humedad, presencia de otro animales, etc. Su capacidad de percepción llega al extremo de que, el ruido producido y emitido por una vaca vieja con su pezuña para comunicar peligro, es percibido por el resto a una cierta distancia. El sentido del tacto tiene su importancia mas destacada en la punta del pitón órgano táctil por excelencia del toro y cuya amputación artificial fraudulenta hoy generalizada disminuye el riesgo de cogida.
El toro también posee sentido del gusto, y puede distinguir entre lo amargo, lo dulce y lo ácido a través de su lengua y papilas gustativas.

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