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miércoles, 20 de enero de 2010

LAS FUNDAS DE LOS CUERNOS VISTAS POR LOS GANADEROS

LAS FUNDAS, DIEZ AÑOS DESPUÉS (I)

Allá por el año 2001 aparecieron las fundas en el campo bravo y hoy, casi 10 años después, todavía no existe consenso al respecto. Ganaderos a favor y en contra hablan sobre el enfundado con la perspectiva del tiempo en la primera entrega de este reportaje.

CARLOS CRESPO / DANIEL HERNANZ - 01/2010


Casi una década ha pasado desde que el ganadero de Fuente Ymbro, Ricardo Gallardo, comenzara a emplear las fundas de fibra de vidrio para proteger los pitones de sus toros en el campo. Dos años después, se oficializó el 'invento' y desde entonces muchas han sido las voces, fundamentalmente en contra del novedoso sistema, y al mismo tiempo cada vez más los criadores que las han incorporado a sus respectivas vacadas.
Estos años, donde ya se han podido testar en la plaza miles de toros enfundados, no han servido para lograr el consenso entre aficionados, prensa y público aunque tampoco los ganaderos que día a día trabajan con ellas han puesto demasiado empeño en defender las bondades del enfundado, dejando a los demás, también a los ganaderos en contra de las fundas, que tomaran en muchas ocasiones la voz cantante:

"Las fundas surgen como solución a un problema, que no era otro que el que los toros se ponían astigordos porque había una escasez de superficie y un exceso de concentrado en la dieta. Hubo una ganadería en concreto que tenía ese problema, que todos sabemos cúal es, y así lo soluciona. Está claro que las ganaderías que ponen fundas pueden alimentar a los animales de una forma más artificial, por decirlo de alguna manera, y los toros pueden pesar más, tener más tamaño. Allá cada cual", asevera Victorino Martín García, uno de los detractores de las fundas.

¿Mala prensa o desconocimiento?

La sanción a Joselito en Logroño y las declaraciones posteriores del torero en las que relacionaba el enfundado con la manipulación, dieron pie a una encuesta entre los usuarios de Burladero a través del canal de Facebook cuyo resultado ha sido demoledor: Casi el 87% de los participantes se declaran en contra de las fundas, alimentando otra vez el debate y la necesidad de poner luz en el asunto: "Es cierto, creo que no lo hemos explicado bien", reconoce Moisés Fraile, ganadero de El Pilar.
"No te hablo como ganadero, como aficionado también estoy de acuerdo con las fundas porque ahora el pitón está limpio. El toro se rasca con las encinas, contra las paredes... Esos 2-3 cms de pitón que los toros perdían antes, ahora no lo pierden. Si observas las astas, salen más toros de plaza de primera que nunca", asegura Fraile. "Son cosas que la gente no conoce. Es como si me preguntan a mi por algo de lo que no tengo ni idea", apostilla Ricardo Gallardo.

A unas semanas de comenzar la temporada, cuando de nuevo saldrá el toro 'enfundado' a las plazas, los ganaderos contrarios a la fundas no se bajan del burro: "Es una manera diferente de criar al toro bravo, el ganadero lo tiene en la cabeza, una manera de ver la Fiesta, el toro bravo... El toro es un animal salvaje, no de granja. Es como si crías un tigre y le pones un aparato en la boca para que no se cargue a los otros tigres en el zoológico, es la misma cuestión. Me parece realmente raro que hagan estas cosas...", explica Tomás Prieto de la Cal, otro de los detractores de las fundas.

Sin embargo, era el propio Joselito quien relacionaba manipulación y fundas desvelando que la propuesta de sanción a su ganadería no respondía ni al afeitado de los pitones ni a la maniobra contraria de sacar punta. Eran las propias fundas las que, según los veterinarios del coso de La Ribera, podrían haber debilitado los pitones hasta el punto de 'confundir' el análisis:
"
Leí las declaraciones -afirma Moisés Fraile-, que quitar y poner fundas era la única manipulación, pero eso no es manipulación, es poner una venda encima, con un cartucho. Al revés, se le protege de que no metan los pitones en la tierra y no se desgaste. Ahora salen con más trapío, referente a cara, esos centímetros que antes perdían ahora no los pierden. ¿Tocar al toro? Todo lo contrario, los toros salen más astifinos que nunca".

¿Manipulación o conservación? 

Pero no sólo el ganadero salmantino es de esa opinión, la mayoría de criadores 'pro' fundas no quieren ni oír la palabra manipulación al referirse a la fina película de fibra de vidrio con la que recubren los pitones de sus toros: "¿Cómo va a ser manipular un pitón conservarlo?. Es justo lo contrario", se queja Gallardo.
"Cualquier encaste... el de Domecq por ejemplo, es un toro grande. Los toros con cuatro años, se dañan con el suelo, con las piedras...Fui a Francia y me querían decir que estaba manipulado cuando lo que ocurría es que estaba desgastado", añade el ganadero de Fuente Ymbro.

Aunque hay excepciones, la tendencia contraria a las fundas se generaliza en las ganaderías llamadas toristas: "El toro tiene que usar sus cuernos como arma, como defensa o ataque, a partir del momento en el que le pones unas fundas, pierden su objeto", señala Joao Folque, ganadero de Palha.
"Es una manipulación al toro, a nosotros nos gusta que se críe como nace. Cualquier manipulación no nos gusta. Partimos de la base de que no nos gusta tocar al toro, aunque cuando no hay más remedio porque hay que vacunar, por una cornada o por cuestión sanitaria, hay que tocarlo. Pero lo demás no nos gusta. Es malo para la imagen del toro", apuntala Prieto de la Cal.

Las fundas, diez años después (II)

El tema económico, la prevención de bajas y la posibilidad de lidiar en plazas de categoría a muchos ganaderos que sin fundas no podrían, genera un nuevo desencuentro entre los criadores de un lado y otro en la segunda entrega de este reportaje

DANIEL HERNANZ / C. CRESPO - 01/2010


Las fundas se presentaron en su día como una solución más que como un problema. Como una forma impedir que se inutilizaran los toros y minimizar los riesgos de las inevitables peleas en el campo antes de llegar a la plaza. El tiempo y las datos, más allá de otras consideraciones, parecen dar la razón en este aspecto a quienes apostaron por el nuevo sistema:

¿Sólo cuestión de dinero?

"Se ha notado mucho en cuanto al tema de bajas", asegura Moisés Fraile. "Hombre, bajas sigue habiendo, hay patas rotas... pero se ha notado. Si antes había un 10 por ciento cada año ahora hay un 5 o un 6 por ciento", recalca. Sin embargo, ese aparente beneficio, también económico, es empleado como argumento por los detractores en sentido inverso: "Entiendo el uso de las fundas", dice Joao Folque. "Si puedes vender 3 toros más, pues son 9 millones más de ingresos. Son explotadores mercantiles, yo no soy ganadero, soy criador de toros. Íntegro desde que nace hasta muere", asegura el portugués que, al igual que Tomas Prieto de la Cal, niega la legitimidad de prevenir estas bajas 'a cualquier precio':

"Esas cornadas han pasado toda la vida de Dios, son muchos siglos de existencia. Los ganaderos siempre hemos soportado bajas por cornadas, hemos lidiado rejones, festivales, matado toros a puerta cerrada porque se han fastidiado los cuernos. Yo vivo en el campo, sería impensable para mí dar una vuelta para repasar el ganado y ver eso puesto ahí, es feísimo. Para mi gusto es una afrenta al toro, antiestético, antiético...son 10 minutos...¿por qué tiene que ir el toro al mueco?¿Para qué? ¿Supedito la cuestión romántica a la economía? Hay compañeros de las ganaderías comerciales y toristas que supeditan la economía a todo lo demás, eso está muy mal. Si nos fijamos sólo en la economía lo más razonable es que nos quitemos de esta actividad, no que seamos ganaderos", censura el ganadero de casta vazqueña.

'Gracias a las fundas lidio en plazas de primera, antes era el mayor 'afeitador', dice Victoriano del Río

Posiciones tan encontradas entre unos y otros, hacen imposible el entendimiento pese a los argumentos esgrimidos por los ganaderos de fundas: "Peor es cuando hay que inmovilizar a los animales seis veces para curar las cornadas. Aquí solo entran dos veces. No influye para nada, es una cosa que se pone pronto y se quita pronto. Se ponen y quitan en diez minutos, ni sufre ni se estresa el animal", justifica el ganadero de El Pilar. "Gracias a las fundas, puedo lidiar en plazas de primera", asevera en el mismo sentido Victoriano del Río.

"He sido considerado el mayor afeitador del toreo en el conjunto de los aficionados, el serrucho de oro, acordaos de eso, el más afeitador era yo, los peores toros, los míos... Era el toro bobalicón y ahora soy lo que soy. Gracias a las fundas, algunos de los mejores toros presentados en Madrid los últimos cinco años son los míos. Hoy las mejores ganaderías se traen gracias a las fundas. Sin fundas no podría venir ninguno. El que más toros astifinos vende ahora mismo es Victoriano del Río y..., yo no habré cambiado", añade el ganadero de Guadalix de la Sierra, que recuerda todavía el mal trago una Feria de la Magdalena de 2003 donde el escándalo por el sangrado de los pitones de alguno de sus toros le costó perder su puesto de privilegio:

Las fundas pueden confundir o enmascarar manipulaciones, asegura Victorino


"Acuérdate lo que pasó en Castellón y allí no se tocó ningún toro. Estaban desgastados, se quedaron con poca masa, chocan con el burladero y se parten los pitones, lo duro lo habían dejado en el campo", explica Victoriano. "Este año voy a siete plazas de primera. Si yo no tengo los pitones en fundas, ¿cómo sé cómo van a estar los pitones?, se pregunta Ricardo Gallardo.
Victorino Martín García, a su manera, les da la 'razón': "Habría ganaderías que si no hubieran inventado las fundas no podrían lidiar en las plazas importantes que están lidiando ahora, porque se les pondrían astigordos los toros. La ventaja es que con las fundas puedes criar de manera más artificial, con menos espacio y más concentrados. Los toros siempre se han criado con los pitones intactos", insiste el de Galapagar.

"Lo de las cornadas que dicen es la excusa", prosigue Victorino. Con los golpes, los animales también se quiebran, se saltan ojos con fundas, se rompen patas, incluso hay otra cosa... Yo lo respeto, no soy quien, pero es cierto que hay pitones que se quiebran por las fundas. El tema de siniestralidad no lo sé, pero pienso que tampoco puede haber variación en siniestralidad. Habría animales astigordos que no se lidiarían. Además, el tema de las fundas puede confundir o enmascarar posibles manipulaciones", denuncia Victorino. "No hay que pensar mal, que le quitas las fundas y ya aprovechas... Para eso lo podrías hacer igual antes", dice Moisés Fraile.

1 comentario:

salvador buendia dijo...

Acabo de leer todo el articulo y me da la sensacion que no se acaba de dar con la tecla correcta.
Me explico:
Como todo, las fundas tienen sus pros y sus contras. Esta claro que disminuye la posibilidad de cornadas o la gravedad de estas, con lo que aumenta la posibilidad de intensivar la crianza con menos disponibilidad espacio, cosa que inicialmente seria buena por la mayor rentabilidad de la explotacion, pero a la postre se tornaria en contra del ganadero por perdida del tan necesario ejercicio fisico de las reses.
Pero el verdadero problema no es, como comenta el articulo, que las fundas pueden enmascarar una manipulacion por afeitado, sino que suponen una manipulacion en si, aunque no se le toque un milimetro, por la perdida de sensibilidad y de "distancias" que le genera al toro en el momento de desenfundarle los pitones, que en definitiva es es la misma consecuencia del afeitado.
Esto, esta por encima de cualquier pro que pudiera generarle al ganadero, porque entrariamos de lleno en el terreno del fraude.
Lo de que pueden lidiar en plazas de superior categoria, es absurdo y no merece la pena ni comentarlo, porque si todos lo hicieran, sobrarian toros que tendrian que lidiarse en "segundas" y "terceras", porque los toros que caben en "primeras" son los mismos. Ahora simplemente, los pillines que enfundan, se le cuelan en mejores plazas a los que no enfundan.