LA SUSPENSIÓN DE JAEN CONTADA POR LUIS MIGUEL PARRADO 6 TOROS 6
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Vamos a contar verdades, que no mentiras, sobre lo ocurrido en Jaén el pasado sábado. O, por lo menos, las verdades que conozco de primera mano.
Lo cierto es que todo el mundo andaba con la mosca detrás de la oreja desde que se anunciaron toros de tres ganaderías, sabiendo que, para no ir más lejos, sólo en el campo bravo de esta provincia había por lo menos 8 corridas de toros que servían para Jaén. Pero bueno, nos tragamos la “mentira piadosa” que achacaba todos los males a los aguaceros que habían caído estos meses atrás y esperamos al día de marras.
Eso sí, se esperaba jaleo en los corrales, sobre todo por lo que pudiese traer “Cayetano”. Pero su gente embarcó tres toros de José Vázquez, los números 3, 7 y 8, que fueron desembarcados el jueves santo y aprobados sin problemas. Me cuentan que estaban más que tapados de carnes y con las caras muy justas, pero que servían para Jaén.
Ese jueves santo se desembarcaron también los de “Guadalmena”, cuatro toros, de los que los nº 69 y 98 fueron aprobados, en tanto que el nº 79 cinqueño fue rechazado por falta de remate y el nº 79 cuatreño también fue rechazado, pero en espera de un segundo reconocimiento.
ESTOS ERAN LOS TOROS DE GUADALMENA
El de arriba, negro y cinqueño, se llama "Lanzallamas-69" y es hijo de "Cambembo", un semental precioso que les ha dado extraordinario. En mitad está el salpicado "Inquemable-79", hijo de "Billetero-32", un semental jabonero que da muy bien, pero que ya no está en las vacas porque tenía el problema de abrir demasiado las caras. Y el de abajo es "Nenito-98", de la progenie de "Pedestro-3".
Los tres son puros "Cuvillo" por los cuatro costados y, por tanto, toda una garantía de triunfo. Además, son la muestra de que en la provincia de Jaén había toros perfectos para esta corrida, y no hacía falta tanto marear la perdiz buscando toros por aquí y por allá, para acabar en lo de Juan Pedro y José Vázquez.
La “movida” llegó cuando apareció el camión con los toros de Juan Pedro Domecq. El jueves santo se desembarcaron tres cuatreños, marcados con los nº 20, 126 y 106, de los cuales sólo fue declarado apto el último. Había por tanto aprobados seis toros, a saber: tres de Vázquez, dos de Guadalmena y uno de Domecq, y hacían falta otros dos más para completar el encierro. Nunca estuvieron todos rechazados, como se ha oído por ahí.
RECONOCIMIENTO DEL VIERNES
El viernes santo aparece otro camión con dos toros más de Juan Pedro, los nº 78 y 12, el segundo de los cuales se aprueba y el primero se rechaza por no dar el peso reglamentario. (Me cuentan que “presuntamente” no llegó a pesar ni 400 kgs. en vivo).
Y yo digo ¿dónde tenían la cabeza esos veedores que no echaron dos toros por encima de lo que ya habían embarcado? ¿O es que quizá las órdenes eran de echarlos por debajo de lo que ya se había traído?.
Así nos plantamos en el sábado por la mañana, pero lo que pasó ese día será contado en el próximo post.
RECONOCIMIENTO DEL SABADO
El sábado por la mañana, la “movida” estaba servida, y los acontecimientos se precipitaron. Para empezar, Tomás, el presidente, haciendo valer el reglamento, dejó claro que los toros habrían de sortearse, lo que disgustó sobremanera a dos de los apoderados de esa tarde, uno de los cuales ya andaba muy nervioso cuando vio el trapío de los “Guadalmena” que había embarcado la gente de Venegas, a los que llegó a decir que “si se creían que iban a tomar la alternativa en Madrid para embarcar toros así”.
A todo esto, en casa de Juan Pedro se embarcan más toros, que por pura cuestión de física no iban a estar en la plaza a la hora del sorteo. No quiero ser malpensado, pero cuando el camión cargaba en “Lo Alvaro”, el presidente de Jaén se mantenía firme en su postura de sortear, así que ¿se tensó tanto la cuerda para que cuando llegasen los toros de Juan Pedro hubiera seis aprobados de este hierro y de esa forma se podrían sortear todos de la misma ganadería y de paso, quitarle una corrida de en medio al amigo ganadero? No lo sé, eso son elucubraciones mías.
Mientras el camión salía de Castillo de las Guardas con dirección Jaén, me cuentan que el presidente transige con lo de no sortear, pero exige que ese segundo sobrero esté allí antes de la una porque, de lo contrario, suspende el espectáculo. Me imagino la cara de guasa que se le pondría a más de uno, pensando que era un farol de la autoridad. Pero también sé que el presidente se puso en ese plan porque sabía a la perfección que no hacia falta mandar un camión a más de cuatro horas de viaje, cuando en un radio de 80 kilómetros se podían traer toros de sitios como Sorando, Los Ronceles, Jiménez Pasquau, Román Sorando, Valenzuela, Sancho Dávila, Araúz de Robles, Torrehandilla, Torreherberos o el mismo Guadalmena. Casi nada… porque tiene guasa que en una provincia con tanta ganadería buena un capricho de traer toros de Juan Pedro acabe por apuntillar el festejo.
Pero la suerte estaba echada y pasó lo que tenía que pasar, lo mismo que debió suceder alguna vez estas temporadas atrás, y la suspensión se consumó cuando habían pasado sólo unos minutos de la una de la tarde. El presidente cumplió lo que había dicho y Jaén se quedó sin corrida. Ahora cada uno tendrá su versión pero, de todos, el más perjudicado es José Carlos Venegas, machacado anímicamente por un sinsentido, por un capricho o por un querer demostrar tener una fuerza que no se tiene.
Me cuentan que, quitadas las entradas que había colocado la gente de Venegas (que eran muchas), no llegaban a 500 las que se habían vendido en taquilla, pero esto es parte de la rumorología (bien informada, pero rumorología al fin y al cabo). Así que “entre todos la mataron y ella sola se murió”, y como la vida es así de injusta, el que más había hecho, el que más gente llevaba y el que había embarcado toros más serios vio cómo le truncaban todas sus ilusiones.
Y ahora digo yo que querrán que la gente vaya a los toros en Jaén…, que se fíen cuando vean un cartel de toros colgado…, que los de los pueblos cojan el coche y se desplacen a la capital… Es muy viejo el dicho, pero “tenemos lo que nos merecemos”.
Y, para coger el hilo de esta última frase, a lo mejor yo también tengo lo que me merezco. Pero, por lo menos, yo firmo con mi nombre, no me hace falta un seudónimo en el que esconderme y, hasta ahora, digo las cosas en claro y por derecho. Hice el blog para disfrutarlo, no como obligación. Escribo en él de lo que quiero, cuando quiero y como quiero. Y sí, soy “Parrado, el de 6 Toros 6”, ¿y qué pasa?, no Miguel, sino Luis Miguel, el mismo que lleva 22 años haciendo información taurina, el mismo que ha estado vetado o tratado con displicencia en muchas plazas por decir en la cara de más de uno lo que piensa, el mismo al que verás pocas veces en los callejones, porque no le gusta pedir nada a nadie para después no tener que pagar el peaje.
Y, por cierto, el único que se ha molestado en investigar y conseguir hasta los números de los toros rechazados en el jaleo de Jaén ¿estamos?
Entre tanta porquería, tantos intereses creados y tanta gente que va sólo a poner la zancadilla a los demás, todavía hay señores. Y los que son así tienen gestos de tales. Sin ir más lejos la familia Sainero, los dueños de “Guadalmena”, hierro que también se vio salpicado del desagradable “affaire” de Jaén.
Pero ya digo que aún queda gente íntegra, sana y sensible. Antonio Sainero, su hijo Antonio y su yerno, José Berrio, habían elegido a “Lanzallamas” para la alternativa de Venegas porque era un ejemplar que lo tenía todo: Trapío, seriedad, y una reata impoluta.
Las circunstancias no permitieron que fuera el toro de su alternativa, pero sus destinos están unidos. ¿Por qué?, pues porque los ganaderos han decidido regalarle el toro “Lanzallamas”, nº 69, el previsto para el acontecimiento, a quien lo iba a estoquear, el todavía novillero José Carlos Venegas.
Así, por derecho y sin pedirle un duro a cambio, Venegas se va a encontrar con “Lanzallamas”, donde y como quiera. Porque la idea es que el toro sea lidiado a puerta abierta en una plaza de toros, que pudiera ser Santisteban del Puerto o Jaén, y que la entrada sea libre para que todos los que se quedaron sin ver ni al toro ni al torero el pasado sábado 3 de abril, puedan comprobar in situ qué habría pasado.
Eso sí, la única condición que han puesto los ganaderos es que si el toro da el juego que su reata augura, no será estoqueado y volverá a “Cañadillas Altas” para ser semental.
Lo dicho, un gesto de señorío. Y como en estos tiempos hay tan pocos, éstos se valoran todavía más.
P.S.: A lo mejor no me he explicado bien, y no quiero que queden flecos sueltos. A ver, los ganaderos han regalado el toro, que se va a lidiar a puerta abierta, lo mismo que, por ejemplo, hizo "Antoñete" hace años en Las Ventas. Es decir, sin presidencia, y sólo con veterinarios para certificar el estado sanitario de la canal del toro. Y, en vez de hacerlo donde nadie pueda verlo, lo van a hacer con público, pero con la misma premisa que si fuera un tentadero. ¿Entendido?
Administrador: Nuestra mas sincera felicitacion al Sr Presidente y al Equipo Veterinario de Jaen es necesario que los taurinos se acostumbren a cumplir la legislacion vigente.
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