Veterinarios Taurinos de Andalucía no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus colaboradores ni de los comentarios agregados por sus lectores.


lunes, 28 de septiembre de 2009

SI LA NOTICIA ES FIEL REFLEJO DE LO QUE ALLI ESTA OCURRIENDO ALGUIEN DEBE PONER FIN A ESTA SITUACION DE IMMEDIATO

http://ambitotoros.blogspot.com/2007/09/lamentable-estado-de-la-ganaderia-de.html

EN HUELVA LAMENTABLE ESTADO DE LA GANADERÍA DE LOS HERMANOS GONZÁLEZ PONCE EN “EL JUDIO”.

Reses muertas no retiradas, olores nauseabundos, falta de saneamientos obligatorios y escasa alimentación, las causas.




Habitualmente cuando se visita una ganadería de reses bravas en nuestra provincia, el placer inunda los cinco sentidos corporales y estimula la afición al toro y a la fiesta. El ganadero se suele mostrar orgulloso, habla del ganado y explica su cuidado con amor de padre, los animales disfrutan de la dehesa y al salir de la explotación se ha recargado el bagaje taurino, naturista y ecológico de forma más que suficiente para callar mil bocas de desconocedores dirigidos en contra del toro bravo. En este caso todo es al revés.

La finca “Los Centenales” es famosa por su plaza de toros de la que hemos disfrutado muchos onubenses en fiestas y capeas, se encuentra a un salto de Huelva, término municipal de Gibraleón. Su propietario es el empresario onubense y antiguo novillero José Cunquero, que se muestra descorazonado, enseña con pena las instalaciones reparadas tras los destrozos sufridos en más de siete años de ocupación ilegitima por parte de la familia González Ponce, Santacruz en su faceta taurina.

Hoy ya tiene en su poder la definitiva orden de desahucio, tras litigar en una interminable carrera de obstáculos con los hermanos González Ponce, sus empresas interpuestas y la endémica lentitud de la justicia. Cada mañana, sin embargo, cuando llega a la finca, le saluda un olor nauseabundo, reses muertas, cuyos cadáveres no se retiran a pesar de las ordenanzas vigentes sobre materiales especificados de riesgo (MER), el peligro que conlleva para esta zona densamente poblada los animales que habitualmente escapan por lo deficiente del estado de conservación de cierres, alambradas y cercados. Los becerros y las vacas se acercan mugiendo, pidiendo comida, han perdido la agresividad natural que ha sido sustituida por una mansedumbre pedigüeña que hace que cualquier alma caritativa le tire desde la carretera cáscaras de melón, mondaduras de fruta, restos de pan.

Es habitual la presencia en los aledaños de buitres y otras aves carroñeras que acechan la muerte pronta de otro becerro. Las costillas se marcan contra la piel deshidratada del ganado, el paso es lento y mortecino, en apenas treinta hectáreas de suelo lunar conviven más de ciento veinte cabezas de ganado, los restos de una ganadería a la que el hambre, la enfermedad y los malos tratos han ido diezmando.

La falta de saneamientos durante los últimos años, por esta causa la ganadería fue expulsada de la Asociación de Defensa y Sanidad Ganadera Sur, provoca que la oficina Comarcal Agraria de Cartaya, de la que depende la explotación, no expida guías de transporte para poder movilizar el ganado y desocupar una finca de donde sus titulares han sido definitivamente desahuciados.. “Algunos días vienen los hermanos Santacruz, con un turismo y cinco sacos de pienso, los animales corren hacia ellos cuando ven los sacos y los vierten en el suelo, ese día malcomen las vacas más grandes, que luchan por la comida, el resto… el resto berrea lastimeramente” afirma un paseante habitual de los aledaños de la finca.



Ante esta situación José Cunquero, como hombre del toro, sufre, ha llegado a cortar con sus propias manos algo de hierba de las cunetas para alimentar al ganado que no es suyo pero al que duele ver sufrir, su familia no puede disfrutar de unas instalaciones que les han tenido que ser devueltas por orden judicial, la deuda del arrendamiento de estas instalaciones que cedió en un principio por unos meses es grande y de dificil cobro ante la insolvencia moral y económica de los arrendadores y los plazos se prolongan, la justicia es lenta, la administración actúa con pies de plomo, los ocupas se declaran expertos jurídicos, expertos en triquiñuelas seudojurídicas diríamos. y sólo la familia Cunquero y el ganado penan las culpas de estos propietarios de ganado, nunca ganaderos ni amantes del toro bravo.

Estos mismos individuos, en su faceta de empresarios de la plaza de toros de Valverde del Camino, se postulan defensores del toro integro y de la pureza de una fiesta brava de la que son verdugos y máximos beneficiados en forma de subvenciones públicas.de distintas administraciones.



La administración de justicia, los responsables de sanidad animal de nuestra provincia y las asociaciones de defensa de los animales deberían actuar en este flagrante caso de maltrato animal, máxime en épocas de lengua azul, fiebre porcina, gripe aviar y otras enfermedades de nuevo cuño y que tan proclives y peligrosas se muestran cuando dan el salto contagioso del animal al humano. Como defensores de la ganadería, de la dehesa y de una forma ancestral y necesariamente ética de criar toros bravos desde Ambitotoros lo denunciamos, a alguien le tocará actuar, y pronto, digo yo.

No hay comentarios: