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miércoles, 7 de octubre de 2009

EL TORO BRAVO (III): LA CASTA JIJONA Y TOROS DE LA TIERRA

El capítulo tercero del libro El Toro Bravo, de José Luis López y publicado en exclusiva por Sevillatoro, está dedicado a una de las castas fundacionales básicas: Jijona.

III.- CASTA FUNDACIONAL JIJONA Y TOROS DE LA TIERRA


José Luis López.- Data esta Casta Fundacional del siglo XVI y procedían de Albacete, Ciudad Real, Montes de Toledo, Rivera del Jarama y Colmenar Viejo en Madrid. Abundaban las ganaderías en las dos Castillas, los toros primitivos de Salamanca eran de muchos pies, pero pronto acusaban mansedumbre ante el castigo.

En la provincia de Valladolid se criaban excelentes toros, que ya tenían fama en el siglo XVI. Eran toros de color negro listones, duros para los picadores, pero nobles y no de gran talla. Pero la ganadería importante de Castilla fue la de Sánchez Jijón, en Villarrubia de los Ojos del Guadiana (Ciudad Real), que ya existía en poder de la familia en el siglo XVII, aunque el gran impulso que le da don Miguel Jijón, haciéndola famosa en todas las plazas de España, data del siglo XVIII, concretamente de 1.786, tal fue su popularidad que jijones se llamaron los toros que competían ventajosamente con los de las castas andaluzas, y jijona la pinta colorada encendida que era característica de ella.

La familia Jijón, para crear su ganadería, se basa en la raza autóctona que utilizaban en las labores del campo, seleccionando aquellos ejemplares que presentaban un carácter más violento y agresivo (bravura), para trabajar genéticamente con ellos en la fijación de estos caracteres. También seleccionan las capas coloradas encendidas. Producto de estas intensas selecciones, es la creación de una casta con características propias muy bien definidas, cuyo rasgo principal es la capa colorada encendida, también denominada Jijona, en honor a la familia.

Además de la Jijona, se daba toda la variedad de las coloradas, desde el melocotón hasta el retinto, así como las castañas, siendo la capa negra la menos usual.

La raza Jijona, presentaba toros de gran tamaño y alzada, bastos y de elevado peso. Durante la lidia desarrollaban mucho sentido, resultando ágiles y duros hasta perder las fuerzas, terminando defendiéndose y en tablas.

La ultima ganadería pura Jijona, estaba en manos del ganadero Manuel García Aleas, de Colmenar Viejo, en los alrededores de Madrid, quien la comenzó a cruzar con otras castas en 1.942. Hoy día ya no existe como casta pura.

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