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domingo, 11 de abril de 2010

LA CASTA GALLARDO VUELVE A MADRID


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En el siglo XVIII y de procedencia frailera, probablemente de los Cartujos de Jerez, toma su nombre la casta del ganadero Francisco Gallardo, del Puerto de Santa María. Marcelino Bernaldo de Quirós que era presbítero de Rota compra a los dominicos y las une a otras que tenía de casta Navarra, posiblemente de Lecumberri, vendiendo a Francisco Gallardo que lo traslada a Rota y elimina lo de casta Navarra, conservándolo hasta 1840, que vende en tres lotes, el primero que compraría Gaspar Montero fue vendido a Antonio Gil Herrera, y en 1842 pasaría a manos de D. Juan Miura. La segunda parte fue a parar a Domingo Varela, ésta se extinguiría.

El tercer lote que fue el más grande pasó a José Luis Alvareda y Pedro Echevirregaray, ganado que tras sufrir diversos cruces principalmente Vazqueños y algo de Saltillo, Jijón, Cabrera y Navarra, llego a manos de la familia Pablo Romero.

En 1885 compra la ganadería Felipe de Pablo Romero a Carlos Conradi, que la había comprado a Rafael Laffite, el cual echaría lo vazqueño de Benjumea. Pablo Romero trasladó la ganadería a Puebla del Río y Sanlúcar la Mayor, debutando en Madrid el 9 de abril de 1888, lidiando la corrida Lagartijo, Hermosilla y Guerrita.

En 1997 tras intentar mantener la ganadería la vendieron a la Sociedad «Partido de Resina», después de mantener la familia Pablo Romero 112 años la ganadería en su poder y haber luchado contra muchos inconvenientes y problemas, a pesar de haber ido haciendo un toro con arreglo a cada época, evolucionando a pesar de mantener su fondo de casta y bravura.

A comienzos del siglo pasado tuvo una gran influencia en el encaste el haber echado sementales de Saltillo, dado que desde que falleció el Marqués de Saltilo hasta que lo compró Félix Moreno Ardanuy, las reses del marqués pastaron en la finca de Pablo Romero, manteniéndose hasta la actualidad el pelo predominando lo cárdeno de Saltillo y desapareciendo lo colorado.

El ejemplar de este encaste es mediolíneo, de perfil subcóncavo y chatos y carifoscos, tendiendo a una gran hipermetría, presentando un cuello corto y un gran morrillo, con buenas masas musculares en el dorso, lomo y tercio posterior, habiéndose reducido con el tiempo las encornaduras, de gran desarrollo óseo y finos de piel, ancho pecho y costillares arqueados de extremidades cortas y aplomados, predominando las variantes del cárdeno y negro.

El Toro y la Lidia- Ganadería de "Partida de Resina, S.L."
Por Joaquín Monfil Asociación "El Toro de Madrid"

Cuando Ud., querido lector, se encuentre un cartel de toros donde se anuncia con grandes caracteres: "6 hermosos toros 6, de la ganadería de Partido de Resina S.L." y no le dan más información al respecto, seguro que frunce el ceño y piensa que alguna compañía maderera de explotación forestal ha decidido diversificar su actividad, para proporcionarse algún beneficio extra. Pues no señor, no es lo que aparenta. Partido de Resina es el nombre de la finca, de Villamanrique (Sevilla), que hoy da nombre a la ganadería que durante más de cien años fue denominada de Pablo-Romero; seguida de las siglas S.L., ya tenemos el nombre de la sociedad que actualmente ostenta su propiedad.

¿Por qué comenzamos esta exposición de encastes de bravo por los pablorromeros?. Pues comenzamos por ellos por varias e importantes razones:
Es un encaste único, que puede considerarse fundacional. Además de su origen Gallardo, encontramos en él raíces originarias de jijona, cabrera, navarra y vazqueña.
En sus más de cien años de historia ha dejado en los ruedos grandes tardes de gloria, por su casta y bravura, proporcionando emoción y espectáculo.
Ha sido uno de los hierros preferidos por las grandes figuras del toreo (Joselito el Gallo, Antonio Ordóñez...).
Sus ejemplares son de tan singular belleza que cualquier aficionado debe luchar por su permanencia en los ruedos. Es la quintaesencia del trapío, algo tan difícil de explicar hasta que un pablorromero irrumpe en el albero.
Por último, estimamos de gran trascendencia el reciente cambio de titularidad de una ganadería emblemática como ésta, pues siempre supone para el aficionado un motivo de preocupación el rumbo futuro que pueda tomar.
Dado lo anteriormente expuesto, hemos creído necesario comenzar nuestros artículos dedicados al toro por este encaste: Pablo-Romero.

ORÍGENES Y PROCEDENCIA. QUÉ ES UN TORO FRAILERO O CARTUJANO

No es ni más ni menos que el que los antiguos monjes dominicos y cartujos criaban en sus predios, anejos a los monasterios, para su propio sostenimiento y para solaz y divertimento de sus protectores, los nobles, que gustaban de alancearlos a caballo - también cartujano - criado por los mismos monjes.

Pues bien, se tienen noticias de que en la segunda mitad del siglo XVIII, o tal vez antes, unos monjes dominicos de San Jacinto, de Sevilla, eran criadores de estos toros y al parecer vendieron una parte importante de la vacada al sacerdote de Rota Don Marcelino Bernaldo de Quirós, que la cruzó con toros navarros, transmitiéndola después a Don Francisco Gallardo y Hermanos, del Puerto de Santa María (Cádiz).
Debuta Gallardo en Madrid en la plaza de Conde de Aranda -la de extramuros de la Puerta de Alcalá- y toma antigüedad, por tanto, el 8 de junio de 1840.

Los Gallardo venden la ganadería a José Luis Alvareda y Pedro Echeberrigaray y éstos a su vez la dividen en 1848. La parte de Alvareda pasará a Miura y la parte de Echeberrigaray la vende a Antonio Sánchez, pasando sucesivamente por diversas manos, hasta llegar al duque de San Lorenzo, de Jerez de la Frontera en 1864. Esta ganadería, que fue famosísima en el siglo XIX, llegó a un sumo grado de perfección con las cruzas hechas con sementales de Benjumea. En 1874, una epidemia diezma la vacada y el ganadero la rehace adquiriendo reses de Cabrera, de Utrera (Sevilla). A finales de ese mismo año, vende la ganadería a D. Rafael Laffitte y Castro.

Por otro lado, José Bermúdez Reina cruza sementales vazqueños comprados a los hijos de Benjumea con vacas del duque de San Lorenzo. Al comprobar el buen resultado de la cruza, Rafael Laffitte le compra la vacada a Bermúdez, incorporándola a su ganadería.
Por su parte, Rafael José Barbero obtiene, por sucesivos traspasos, ejemplares de casta jijona procedentes de Juan y José Jijón, de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), de capa predominante colorao encendido y cruza con sementales de Cabrera, procedentes de Dña. Jerónima Núñez de Prado.

De nuevo aparece Rafael Laffitte que compra estas reses para unirlas a las que ya poseía. De esta manera, Rafael Laffitte y Castro se hace con una ganadería donde se reunían las castas vazqueña, gallarda, navarra, jijona y cabrera, algo insólito en la historia del toro de lidia.
Por causas difíciles de concretar, Rafael Laffitte vende a Carlos Conradi una ganadería que, en 1885, fecha de la adquisición, se encontraba ya muy descuidada. Diez meses después, gran parte de la vacada es adquirida por D. Felipe de Pablo-Romero y Llorente.

El nuevo propietario comienza su andadura ganadera poniendo orden en el desastroso estado de las reses recién adquiridas. Con gran dedicación, consigue debutar en Madrid en 1888, fecha con la que adquiere antigüedad. Esta ganadería se mantendrá en primera fila hasta nuestros días, siempre bajo la esmerada dedicación de la familia Pablo-Romero.

MORFOLOGÍA - ASPECTO EXTERNO - CAPAS

Proporciones armónicas. Nada en el pablorromero es exagerado ni escaso. Extremidades robustas y bien constituidas. Encornaduras hermosas, limpias, astifinas y con algún ejemplar veleto. Amplios de pecho y culata, bien musculados, de pelo fino y brillante. Morrillo algo prominente, frente y testuz carifoscos. De cuatreños en adelante el rabo suele arrastrar por el suelo. Ojos rasgados y oblicuos y hocico achatado. Las capas actuales predominantes son las cárdenas claras, en todas sus variantes, entrepelados, salpicados, negros mulatos y alguna rara vez aparece alguna variante de colorado - no puro - por la regresión del encaste jijón; aparecen de tarde en tarde sardos y salineros.
Como detalle final digamos que son los toros más cuidadosamente marcados de toda la cabaña de bravo y tanto los números como el inconfundible hierro se pueden distinguir perfectamente a distancia.

HISTORIA SUCINTA Y EVOLUCIÓN DE LA GANADERÍA

Inicialmente estos toros pastaron en una finca situada en Guillena (Sevilla). La primera vez que se lidiaron en Madrid como pablorromeros fue el 8 de abril de 1888, en la plaza vieja - donde hoy está el Palacio de los Deportes- adquiriendo antigüedad en la citada fecha.

Debido a su gran poder, el espectáculo estaba siempre garantizado, así como el buen juego de sus ejemplares, haciendo de esta ganadería una de las preferidas por el exigente público de Madrid y por extensión de toda España. Esa es la razón por la que durante casi cien años no haya faltado prácticamente ninguna temporada a su cita en la capital del reino.

Estos toros han dado, en ocasiones, espectáculos insólitos y proporcionado a los matadores éxitos históricos. Así, por ejemplo, debemos recordar el triunfo de Joselito el Gallo el 30 de mayo de 1917 en la corrida de la Prensa de Madrid, con el toro Rayadito, inmortalizado por la pluma de Gregorio Corrochano, uno de los gurús de la prensa especializada de aquellos tiempos. Los 6 pablorromeros de ese día mataron la friolera de 20 caballos. No debemos olvidar que hasta 1928, los caballos de picar no estaban protegidos con los petos; de aquí su importante número de bajas cuando la corrida resultaba brava.

Otro día histórico para la leyenda de la ganadería es el 30 de mayo de 1965 en la Feria de San Isidro de Madrid. Reaparece Antonio Ordóñez, considerado el figurón de aquellos años, después de dos años de retirada de los ruedos y de tres sin venir a la capital. Va a confirmar la alternativa a José Fuentes, considerado entonces como uno de los jóvenes con mayor futuro. Sin embargo el rondeño se erige como el triunfador y protagonista de la tarde, cortando las dos orejas al toro Comilón y saliendo a hombros por la puerta grande.

A mediados de los 70 los pablorromeros comienzan a perder fuerza, doblan las manos muy a menudo, dando los primeros síntomas de debilidad; coinciden con algo similar en otras ganaderías y tanto ganaderos como veterinarios intentan investigar a fondo sus causas. Y así unas veces se culpa a la consanguinidad, otras a la alimentación, a la estabulación, a la disminución de espacios para buscar el agua...Y se siguen buscando motivos. Pero en esta ganadería, especialmente, se encienden todas las alarmas, pues nunca había ocurrido nada parecido.

La familia deja en manos de D. Jaime de Pablo Romero, biznieto de D. Felipe, la gerencia de la ganadería. Este hombre, lleno de buenas intenciones, comienza a ser mucho más exigente en cuanto a selección y mata en exceso, con lo que la vacada comienza a disminuir de tamaño.

Sigue seleccionando con extremado rigor, pues confiesa que busca de nuevo aquel toro que a su abuelo le dio días de gloria. Pero esto es labor de muchos años, que exige elevados costes y el ritmo actual de los tiempos, desgraciadamente, no lo permite. (Administrador: Y los problemas de los sanamientos sanitarios brucelosis tuberculosis que ocasiono el sacrificio de muchos animales etc.)

Intenta crear una Fundación, mediante aportaciones particulares, para que no desaparezca este singular hierro (el hierro de la herradura) y se fija como objetivo obtener un capital de unos 100 millones de pesetas, mínimo necesario como punto de partida. Al final no llega ni a la tercera parte (y eso que hubo aportaciones modestísimas de aficionados particulares entusiastas, que incluso contribuyeron con 5.000 pesetas).

En definitiva, en 1997 esta ganadería es adquirida por la Sociedad Limitada Partido de Resina, (Administrador: Por menos de 500 millones de las antiguas pesetas, solo la finca casi valía esa cantidad) que ostenta desde entonces su titularidad.

ANECDOTARIO

Toros célebres de esta vacada se lidiaron en Cádiz el 17 de abril de 1865. Los llamados Molinero, Cerrajero, Capuchino y Camama tomaron 49 varas, el primero dejó fuera de combate a los picadores Gallardo, Trigo y Calderón, hubo 22 caídas y mataron 23 caballos.

(Anécdota relatada por D. Jaime de Pablo Romero en la Casa de Vacas, del Retiro de Madrid el 18-2-95).

Reaparecía Antonio Ordóñez el año 65 en Madrid en la Feria de San Isidro, en la última de abono, con una corrida de Pablo Romero. Llamó por teléfono a mi abuelo José Luis para darle la noticia de su reaparición. 

Después de la felicitación de mi abuelo por el acontecimiento, el diestro rondeño le explicó que lo haría con la corrida que tenía apartada para Madrid, pero claro, para él sería muy interesante verla antes y si era posible hacerla un poquito más "amable". Mi abuelo le cortó tajantemente y le respondió:

"Ud. Querido amigo, cumpla con su obligación de torero, que yo cumpliré con la mía, de ganadero".

Posteriormente el maestro rondeño cortó las dos orejas de "Comilón" y obtuvo uno de sus mayores éxitos en el coso venteño.
Actualmente la sociedad Partido de Resina lucha por reflotar un encaste que en los años 90 pasó por tan malos momentos que solamente se lidiaron en plazas de escasa importancia.

Este año de 2010 los veremos en Madrid a pesar del “rumor de que está en venta”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

LLeva en venta años,pero en su estado a ver quien lo compra.El año pasado no se tenian en pie.
Jorge

Anónimo dijo...

Y no se tenia en pie debido a un problema genetico de artritis, ya que Jaime si un toro se lesionaba una articulacion lo tentaba y si servia lo dejaba como semental transmitiendo geneticamente el problema.