Veterinarios Taurinos de Andalucía no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus colaboradores ni de los comentarios agregados por sus lectores.


jueves, 10 de julio de 2014

LA TRANQUILIZACION DEL TORO DE NUEVO EN EL PUNTO DE MIRA


ANESTESIOLOGIA CLINICA DEL BOVINO DE LIDIA
Ponencia impartida durante el V SYMPOSIUM DEL TORO DE LIDIA de 2001 y que traemos aquí por la actualización que supone de un aspecto tan fundamental de la clínica y cirugía del bovino de lidia.
V SYMPOSIUM DEL TORO DE LIDIA

ANESTESIOLOGIA CLINICA DEL BOVINO DE LIDIA
Dr. D. Luis Javier Ezquerra Calvo DVM, PhD, ECVS/Profesor de Medicina y Cirugía Animal/ Facultad de Veterinaria. UEX. Cáceres.

El comportamiento del ganado bravo hace que su manejo, exploraciones clínicas y tratamientos médico-quirúrgicos se vean dificultados al no permitir la aproximación para la administración de fármacos. Por otra parte, el uso de cepos o muecos que permitan inmovilizar y acceder al animal también pone en peligro la integridad del mismo ya que su temperamento puede hacer que sufra algún traumatismo en los intentos de liberarse.

Como es habitual, para la administración de fármacos a distancia se utilizan rifles, cerbatanas o garrochas. Estos fármacos aplicados de esta forma se administran por vía intramuscular, hecho que limita el uso de determinados anestésicos en cuanto al volumen a aplicar, lugar de administración y su correcta absorción, etc.

En el ganado bravo, como tal bóvido, pueden utilizarse las técnicas anestésicas aplicadas en vacuno, salvando los problemas de manejo y que dado su carácter temperamental obliga a utilizar sedaciones mucho más profundas o directamente la anestesia general o la neuroleptanalgesia. Por otra parte, en rumiantes en general, la colocación de los mismos en decúbito bien por sedación, o con más complicaciones por una anestesia general, conlleva más riesgos que en otras especies animales. Por ello, antes de hablar de técnicas anestésicas concretas comentaremos estas peculiaridades y la preparación preanestésica a llevar a cabo para disminuir la incidencia de complicaciones.

PREPARACION PREOPERATORIA

Entre las complicaciones que nos podemos encontrar al colocar a los rumiantes en decúbito se encuentran las regurgitaciones del contenido ruminal, que si son inhaladas pueden desembocar en una neumonía por aspiración. Otro problema es el timpanismo ruminal provocado por la atonía ruminal causada por algunas drogas y porque el gas se acumula en la parte más alta y no se produce el eructo. Esta distensión ruminal comprime al diafragma y disminuye la ya reducida capacidad pulmonar de los rumiantes, conduciendo a una insuficiencia respiratoria.

Para prevenir estos problemas es conveniente que antes de una anestesia general se mantenga un ayuno de sólidos de 12 a 36 horas y de líquidos de 8 a 12 horas. En el caso de terneros jóvenes con un ayuno de 2 a 4 horas es suficiente. Las peculiaridades del temperamento y del manejo del ganado bravo hacen que frecuentemente no puedan tomarse estas medidas por lo que debe disponerse de una sonda ruminal para descomprimir el rumen así como de un tubo endotraqueal que correctamente colocado prevendrá la aspiración del contenido ruminal hacia el aparato respiratorio.

TRANQUILIZACION

Podemos utilizar los tranquilizantes y/o sedantes para calmar al animal y permitir la realización de exploraciones o cirugías con el animal de pie dentro de un mueco (potro de contención) o, si el animal está accesible, como premedicación antes de la anestesia general. En este último caso esta premedicación reduce las dosis del posterior anestésico general que vayamos a utilizar. El problema se plantea si el animal está suelto en el campo y sólo puede aplicarse una única inyección a distancia, por lo que en esos casos se acaba poniendo el anestésico sin la premedicación, o también puede aplicarse la inyección conjunta de un tranquilizante y un anestésico.

En la anestesia de otras especies animales es frecuente el uso de parasimpaticolíticos en la preanestesia para disminuir las reacciones vagales y por lo tanto disminuir las secreciones salivares y prevenir la aparición de bradicardia. Sin embargo, en rumiantes no está indicado el uso rutinario de estos fármacos como el sulfato de atropina ya que no reduce significativamente el volumen de saliva y además incrementa su viscosidad, lo que favorece el riesgo de obstrucciones respiratorias. El flujo de saliva se controla mejor colocando la cabeza en una posición más baja para prevenir su aspiración, e incluso haciendo una intubación endotraqueal, como ya se ha comentado. Otros datos a tener en cuenta son que la atropina en rumiantes tiene una duración de acción corta y que además favorece el timpanismo ruminal al disminuir la motilidad y permitir el acúmulo de gases procedentes de la fermentación bacteriana. Sólo está indicado este fármaco si aparece una marcada bradicardia e hipotensión como consecuencia de un reflejo vagal, como puede ocurrir al manipular vísceras. La dosis del sulfato de atropina es de 2 mg/50 k. IM o SC.

Fármacos agonistas alfa 2 adrenérgicos.

Su acción farmacológica la desarrollan estimulando los receptores alfa 2 adrenérgicos.
Son sedantes y analgésicos potentes al estimular dichos receptores localizados en el sistema nervioso central, pero tienen muchos efectos secundarios derivados de la activación de estos receptores distribuidos por todo el organismo. Así, provocan una hipertensión transitoria seguida por bradicardia, hipotensión y bloqueo atrioventricular.

 Estos fármacos también pueden aplicarse por vía epidural.

a.-Xilacina.

Es un sedante muy popular introducido en clínica veterinaria desde 1962. Su uso está contraindicado en pacientes con enfermedades cardiacas o pulmonares.
Además de la sedación, provoca una relajación muscular (por su acción a nivel del Sistema Nervioso Central) y algo de analgesia.
Las dosis en ganado vacuno oscilan entre 0,2 y 0,6 mg/ k IM. Puede usarse por vía intravenosa a dosis menores pero en ganado bravo esta vía frecuentemente no está accesible.
Entre los efectos secundarios que provoca está la depresión cardiovascular y respiratoria, la atonía del rumen y su timpanización, hiperglucemia y diuresis, disminución del hematocrito y parto prematuro en estados avanzados de gestación.

b.-Detomidina

Tiene una acción similar a la xilacina. Produce un grado de sedación y analgesia dependiente de la dosis.
Al igual que con la xilacina aparece una bradicardia. Otros efectos secundarios son similares y también provoca una marcada salivación y protrusión de la lengua. En dosis bajas en las que el animal se mantiene de pie puede presentar un cierto balanceo, debido a la ataxia. A diferencia de la xilacina no provoca abortos cuando se aplica en hembras gestantes durante el último tercio de la gestación. A dosis altas la detomidina incrementa la presión arterial, mientras que a dosis bajas la disminuye.
En vacuno doméstico la dosis oscila entre 20 y 40 microgramos / K (IV o IM), pudiendo realizarse cirugías dolorosas junto con anestesia local; la mayoría de los animales se mantienen en la estación.
Para captura de vaquillas salvajes mediante disparo de dardos con un rifle de aire comprimido se ha utilizado la detomidina a dosis de 100 microgramos / K y también las combinaciones de detomidina 60 microg. / k y acepromacina 0,04 mg/ k o detomidina 70 microgramos / k y butorfanol 0,04 mg / k. En todos los casos los autores describen unos buenos resultados si bien tiene el problema de que la solución no está suficientemente concentrada y puede necesitarse un volumen mayor al que permiten los dardos disponibles, por lo que requeriría dos dardos.

c.- Medetomidina

Las características son similares a las de la detomidina. Aunque comercializado para pequeños animales también tiene utilidad en otras especies, incluídos los rumiantes, si bien su coste económico es mayor.
La dosis en vacuno doméstico es de 40-60 microgramos / k IV o IM. Se ha utilizado a distancia con dardos a la dosis de 60 microg. y conjuntamente con ketamina 1-2 mg / k. De forma similar se ha utilizado en bisontes, combinando medetomidina 50-80 microgramos / k y ketamina 1,5-2,5 mg/ k (IM) y logrando un plano de anestesia quirúrgica.
d.- Romifidina

Es de los últimos agonistas alfa 2 adrenérgicos incorporados; findamentalmente se usa en caballos. Provoca menos ataxia y su efecto tiene una duración más larga. Se ha utilizado en ganado bravo para cirugía en la estación a 50 microgramos / K (0,5 ml /100 k IM).
Antagonistas de los receptores alfa 2 adrenérgicos
El desarrollo de antagonistas de los receptores a2 adrenérgicos ha aumentado las posibilidades de aplicación de estos fármacos agonistas alfa 2. La antagonización de los efectos sedantes y analgésicos una vez concluida la intervención puede acortar el periodo de recuperación y reducir las probabilidades de que aparezcan complicaciones relacionadas con la anestesia.

Yohimbina

La yohimbina incrementa la presión arterial y la frecuencia cardiaca además de provocar el despertar por su acción sobre el sistema nervioso central.
Se administra por vía intravenosa o IM a dosis de 0,125 mg/kg

Tolazolina

Es otro antagonista de los receptores a2 adrenérgicos y también posee una actividad similar a la histamina. Su dosis es de 0,5-2 mg / K IV.

Atipamezol

El atipamezol es el antagonista específico de la medetomidina, ya que ésta tiene una mayor afinidad por los alfa-2 receptores, aunque también antagoniza la xilacina y detomidina (efectos alfa -2 y alfa-1 agonistas). En un estudio en vacuno de leche todos los animales tranqulizados con medetomidina y antagonizados con atipamezol volvieron a sedarse 80 minutos después de aplicar el antagonista.

Se ha administrado por vía intramuscular o IV a dosis dependiente de la dosis aplicada de medetomidina en una proporción 5 veces superior de atipamezol. Como antagonista de otros fármacos agonistas alfa 2 se aplica a razón de 10 microgramos / k IV. Este antagonista es más efectivo que la yohimbina.

Como antagonista inespecífico de los tranquilizantes, o para contrarrestar la depresión respiratoria tras una anestesia general también puede usarse Doxapram (0,2 mg / k IV) como estimulante respiratorio.
Analgésicos opiáceos

La combinación de butorfanol (un opiáceo agonista-antagonista) con xilacina se ha utilizado en rumiantes domésticos proporcionando una sedación mayor y una analgesia añadida. La dosis de butorfanol es de 0,01-0,02 mg / k IV.

ANESTESIA LOCORREGIONAL

Con las técnicas de anestesia lo corregional podemos realizar intervenciones quirúrgicas con el animal de pie introducido en un potro de contención y bajo una tranquilización. Pero no debemos olvidar que incluso estas técnicas de anestesia locorregionales nos van a ser útiles asociándolas a la anestesia general. De esta forma podemos conseguir la insensibilización al dolor y la relajación muscular necesarias para la cirugía, mientras que la anestesia general que mantengamos sea únicamente para la inmovilización del animal y por lo tanto en un plano anestésico más superficial. Este hecho hará que disminuyamos el riesgo de complicaciones anestésicas incluso aunque la anestesia general se prolongue debido a que la cirugía así lo requiera.

Sólo citaremos aquí las técnicas anestésicas más utilizadas, sin entrar a hacer una descripción detallada de las mismas. Así, podemos utilizar anestesias locorregionales por infiltración (lineales, en L invertida como se usa en el flanco), paravertebrales, de nervios específicos concretos (para el globo ocular, cornual, palmares...), intravenosa (mediante la colocación de un torniquete, muy útil para la cirugía del dedo) o epidural caudal.
Habitualmente utilizaremos lidocaína o mepivacaína al 2%, con o sin vasoconstrictores, excepto para la anestesia regional intravenosa en la que no deben ponerse vasoconstrictores. En la anestesia epidural también pueden utilizarse otros fármacos como los agonistas alfa 2 adrenérgicos (xilacina, detomidina...) o los opiáceos (morfina).
Al aplicar estas anestesias locorregionales debe respetarse una técnica aséptica, utilizando soluciones y materiales estériles, no aplicarlas en zonas inflamadas, aspirar para comprobar que no estamos en un torrente vascular y utilizar la dosis más pequeña que sea necesaria.

ANESTESIA GENERAL

En toda anestesia general deben respetarse unas normas básicas denominadas el “ABC”, incluso cuando anestesiamos en el campo y en estos pacientes tan peculiares. Deben mantenerse las vías aéreas libres (“A”,airway), por lo que es conveniente disponer de un traqueotubo. Durante toda la anestesia la respiración (“B”, breathing) debe ser adecuada; puede ser necesaria la suplementación con oxígeno a través de una sonda nasal o del traqueotubo mediante una bombona de oxígeno y una válvula de demanda. En anestesias generales, aunque sean inyectables, se aconseja la suplementación con oxígeno si se prolongan más de una hora. Por último, la circulación (“C”), es obvio que debe ser adecuada para evitar complicaciones mayores. Una medida responsable es colocar un catéter intravenoso para disponer de una vía abierta, incluso aunque hayamos hecho la anestesia por vía intramuscular. Esta vía venosa nos facilitará la administración de nuevas dosis anestésicas y, lo que es más importante, la aplicación de los fármacos necesarios en un caso de emergencia. Además, es una medida adecuada aplicar una fluidoterapia durante la anestesia, habitualmente Ringer lactato a razón de 5-10 ml / k / hora, con el fin de mantener una buena circulación sanguínea. Aunque no nos vamos a extender en las complicaciones anestésicas, sí que vamos a aprovechar para comentar que una situación habitual durante la anestesia general y origen de posteriores complicaciones, es la hipotensión arterial. Para combatirla debemos aplicar la fluidoterapia, mantener el plano anestésico lo más superficial posible y aplicar drogas hipertensoras (Dobutamina 1-5 microgramos / k /minuto).

La monitorización es la clave para poder realizar una anestesia segura y por lo tanto prevenir y anticiparnos a las posibles complicaciones. Esa monitorización o control anestésico debe valorar la profundidad anestésica y las adecuadas funciones cardiocirculatoria y respiratoria. Como frecuentemente el veterinario trabaja sólo, debe operar y a la vez anestesiar y controlar esa anestesia. Puede sernos muy útil la ayuda de monitores que emiten un sonido audible con el pulso o incluso son pulsioxímetros (frecuencia del pulso y porcentaje de saturación de oxígeno de la hemoglobina), que ya los hay bastante asequibles y portátiles.
Debido a las dificultades de manejo del ganado bravo frecuentemente se utiliza para su inmovilización y / o anestesia general la asociación etorfina - acepromacina (Large Animal Immobilon) por su facilidad de uso (aplicación intramuscular a distancia) y la disponibilidad de un antagonista para revertir los efectos (Revivon). Sin embargo el uso de estos fármacos no está exento de riesgos y, lo que es más importante, es peligroso para el hombre. Aunque no es una anestesia general como tal, sino una neuroleptanalgesia, lo comentaremos aquí, junto con la anestesia disociativa y algún otro protocolo anestésico que pudiera utilizarse.

Etorfina - Acepromacina

La combinación de un neuroléptico (tranquilizante) y un analgésico opiáceo a grandes dosis provoca un estado similar a la anestesia general superficial aunque no es lo mismo; en la neuroleptanalgesia no hay una pérdida completa de la consciencia, el animal más que anestesiado está inmovilizado.
La etorfina es un analgésico opiáceo de síntesis muy potente, hasta 10.000 veces más potente que la morfina. La acepromacina es un tranquilizante fenotiacínico.
Ambos productos van mezclados y se inyectan por vía intravenosa o intramuscular sin necesidad de realizar una premedicación. La dosis es de 0,1 mg/ k de acepromacina y 22,5 µg/ k de etorfina que equivale a 1 ml de la solución por cada 100 k de peso.
Junto con la mezcla neuroleptanalgésica (Immobilon) se comercializa un antagonista de la etorfina, la diprenorfina (Revivon), preparado de tal forma que el volumen de su dosis es el mismo que el que se administró previamente de Immobilon.
Tras la inyección intravenosa del Immobiilon el animal se tumba presentando rigidez y contracciones musculares. Esto hace que no pueda realizarse una cirugía precisa con esta pauta anestésica. Para evitar en parte las contracciones musculares puede aplicarse tras el Immobilon 0,5 a 1 gr. de tiopental sódico.
Las únicas ventajas de la acepromacina - etorfina son su fácil aplicación, gran analgesia intraoperatoria y que puede producirse la recuperación en el momento deseado, es decir, unos 2 minutos tras la inyección de la diprenorfina.

Desventajas:
1- Provoca gran depresión respiratoria
2- Estimula el sistema nervioso simpático causando:
- Hipertensión con posible daño vascular
- Aumento de la frecuencia cardiaca (hasta 4 veces)
- Extrasístoles ventriculares
- Todo ello puede conducir a daño miocárdico por hipoxia
- Sudoración, midriasis.

3- Da lugar a parálisis intestinal con pérdida del apetito de hasta 48 horas

4- Debido a la circulación enterohepática parte del producto eliminado por la bilis se absorbe y provoca su efecto unas 4 horas después de despertarse causando excitación, marcha desorientada o incluso reinmovilización. Para evitar esto es por lo que además de la dosis de diprenorfina por vía IV se aplica algo más de antagonista por vía IM o SC.

5- La relajación muscular no existe y no puede realizarse una cirugía precisa. Provoca espasmos musculares.

6- Tras la aplicación del antagonista no existe analgesia ni pueden aplicarse otros analgésicos opiáceos.

7- Un gran número de animales presentan recuperaciones muy tempestuosas, con excitación.

8- Otros efectos: falta de efecto, priapismo y muerte repentina.

9- Una dosis mínima es letal en el hombre. Debe tenerse preparada la naloxona por si existe algún accidente.

También se utilizan combinaciones de agonistas alfa 2 adrenérgicos junto con el immobilon, por ejemplo romifidina 2 ml + immobilon 3 ml intramuscular para un toro adulto.

Anestesia disociativa

Los anestésicos disociativos inducen la anestesia interrumpiendo la información que llega desde las partes inconscientes a las conscientes del cerebro, deprimiendo el sistema talamoneocortical, en vez de deprimir todos los centros cerebrales. De este modo, provocan una desorganización en el SNC con una marcada estimulación del mismo provocando un estado cataleptoide (contracciones musculares tónico-clónicas) y disforia, excitación, alucinaciones y delirios debidos a la estimulación del sistema límbico.
La anestesia se caracteriza por una profunda analgesia y un sueño superficial manteniendo los reflejos.
Estos anestésicos provocan una estimulación cardiovascular indirecta al incrementar las catecolaminas circulantes. El hecho de producir una depresión cardiorrespiratoria mínima les hace muy útiles en animales débiles. Provocan un patrón respiratorio apnéustico.
Los dos anestésicos disociativos que podemos utilizar son la ketamina y la tiletamina (tiletamina-zolazepam).

1. Tiletamina - Zolazepam

La tiletamina es un anestésico disociativo de la misma familia que la ketamina, una ciclohexamina. Se comercializa combinada con zolazepam (una benzodiacepina) a una proporción 1:1.
Este anestésico disociativo es más potente que la ketamina y provoca una anestesia similar a la inducida por esta última. Para evitar la rigidez muscular se combina con la benzodiacepina.
En vacuno doméstico se utiliza a dosis de 1 mg / k IV o de 2 a 6 mg / k IM. Si se hace una preanestesia con xilacina u otros agonistas alfa 2 adrenérgicos la dosis necesaria de tiletamina-zolazepam se reduce. Se consigue una adecuada anestesia quirúrgica de unos 20-30 minutos. Puede repetirse entre un tercio y una mitad de la dosis para prolongar la anestesia, mejor por vía IV.

2. Ketamina

Las dosis de ketamina en vacuno doméstico son de 2 mg / k IV o de 2 a 6 mg / k IM. También algo menores si se usa preanestesia.

3. Triple goteo (Xilacina-Ketamina-Guaifenesina)

Para prolongar la anestesia puede aplicarse por vía intravenosa una solución de xilacina (30-50 mg), ketamina (500 mg) y guaifenesina (500 ml al 5%). El ritmo de la perfusión intravenosa varía según la profundidad anestésica, pero en vacuno doméstico suele ser adecuada con unos 2 ml / k / hora. Puede mantenerse la anestesia hasta 90 minutos, pero este elevado tiempo puede provocar depresión respiratoria y requerir oxígeno o incluso ventilación artificial.
Con la guaifenesina se consigue una adecuada relajación muscular por su acción central que actúa deprimiendo de forma selectiva los impulsos nerviosos en las neuronas internunciales de la médula espinal, tallo cerebral y región subcortical. No relaja los músculos respiratorios por lo que el animal ventila espontáneamente.Las sobredosis provocan apnea e hipotensión.
También pueden utilizarse otras pautas que combinan la guaifenesina (Gliceril guayacol éter) con otros fármacos, como el tiopental sódico o la tiletamina-zolazepam.

Propofol

Este agente es un hipnótico no barbitúrico ni esteroideo. Puede utilizarse para inducción de la anestesia o anestesias cortas (5-10 minutos) cuando se aplica a dosis de 4-6 mg / K por vía IV. Su rápida metabolización hace que sea un agente útil por infusión intravenosa (dosis repetidas o infusión continua) y que pueda mantenerse una anestesia superficial de larga duración, permitiendo que el animal se recupere de forma rápida. Sin embargo el coste económico del fármaco limita su uso en grandes animales. La administración intravenosa debe ser de forma lenta para prevenir la aparición de apneas.

BIBLIOGRAFIA

EZQUERRA LJ y VIVES MA. Anestesia general por inhalación. En: Anestesia práctica de pequeños animales. Ed. por Ezquerra LJ, Vives MA y Usón J. Interamericana. McGraw-Hill, Madrid, 1992.
EZQUERRA LJ, JIMENEZ J, LOPEZ MA, PEREZ EM. Anestesia general intravenosa en équidos. O MED VET 61:33-47, 1999.
Domtor. Antisedan. Información Práctica Veterinaria, Boletín nº 7. Febrero 2000.
KROGH KM. Immobilisation of wild heifers with detomidine and detomidine combinations. Proccedings 7th World Congress of Veterinary Anaesthesia, Berne, 2000.
LIN HC, THURMON JC, TRANQUILLI WJ, BENSON GJ, OLSON WA. Hemodynamic response of calves to tiletamine-zolazepam-xylazine anesthesia. Am J Vet Res 52(10):1606-10, 1991.
MUIR WW, HUBBELL JAE, SKARDA RT, BEDNARSKI RM. Manual de Anestesia Veterinaria. 3ª ed. Harcourt. Madrid, 2001.
RANHEIM B, SOLI NE, RYENG KA, ARNEMO JM, HORSBERG TE. Pharmacokinetics of medetomidine and atipamezole in dairy calves: an agonist-antagonist interaction. J Vet Pharmacol Ther 21 (6):428-32, 1998.
RIEBOLD TW. Ruminants. In: Veterinary Anesthesia. 3rd. ed. Ed. by Lumb-Jones. Willians & Wilkins, Baltimore, 1996.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas noches. Una pregunta les hago yo puesto que no tengo ni idea de veterinaria. ¿¿Cual de estas medicinas puede hacer que un toro no pare de orinar durante la lidia??
Un saludo.
Kaparra