ANESTESIOLOGIA CLINICA DEL BOVINO DE LIDIA
Ponencia impartida durante el V SYMPOSIUM DEL TORO DE LIDIA de 2001 y
que traemos aquí por la actualización que supone de un aspecto tan fundamental
de la clínica y cirugía del bovino de lidia.
V SYMPOSIUM DEL TORO DE LIDIA
ANESTESIOLOGIA CLINICA DEL BOVINO DE LIDIA
Dr. D. Luis
Javier Ezquerra Calvo DVM, PhD, ECVS/Profesor de Medicina y Cirugía Animal/ Facultad
de Veterinaria. UEX. Cáceres.
El comportamiento del
ganado bravo hace que su manejo, exploraciones clínicas y tratamientos
médico-quirúrgicos se vean dificultados al no permitir la aproximación para la
administración de fármacos. Por otra parte, el uso de cepos o muecos que
permitan inmovilizar y acceder al animal también pone en peligro la integridad
del mismo ya que su temperamento puede hacer que sufra algún traumatismo en los
intentos de liberarse.
Como es habitual, para
la administración de fármacos a distancia se utilizan rifles, cerbatanas o
garrochas. Estos fármacos aplicados de esta forma se administran por vía
intramuscular, hecho que limita el uso de determinados anestésicos en cuanto al
volumen a aplicar, lugar de administración y su correcta absorción, etc.
En el ganado bravo,
como tal bóvido, pueden utilizarse las técnicas anestésicas aplicadas en
vacuno, salvando los problemas de manejo y que dado su carácter temperamental
obliga a utilizar sedaciones mucho más profundas o directamente la anestesia
general o la neuroleptanalgesia. Por otra parte, en rumiantes en general, la
colocación de los mismos en decúbito bien por sedación, o con más
complicaciones por una anestesia general, conlleva más riesgos que en otras
especies animales. Por ello, antes de hablar de técnicas anestésicas concretas
comentaremos estas peculiaridades y la preparación preanestésica a llevar a
cabo para disminuir la incidencia de complicaciones.
PREPARACION PREOPERATORIA
Entre las
complicaciones que nos podemos encontrar al colocar a los rumiantes en decúbito
se encuentran las regurgitaciones del contenido ruminal, que si son inhaladas
pueden desembocar en una neumonía por aspiración. Otro problema es el
timpanismo ruminal provocado por la atonía ruminal causada por algunas drogas y
porque el gas se acumula en la parte más alta y no se produce el eructo. Esta
distensión ruminal comprime al diafragma y disminuye la ya reducida capacidad
pulmonar de los rumiantes, conduciendo a una insuficiencia respiratoria.
Para prevenir estos
problemas es conveniente que antes de una anestesia general se mantenga un
ayuno de sólidos de 12 a 36 horas y de líquidos de 8 a 12 horas. En el caso de
terneros jóvenes con un ayuno de 2 a 4 horas es suficiente. Las peculiaridades
del temperamento y del manejo del ganado bravo hacen que frecuentemente no
puedan tomarse estas medidas por lo que debe disponerse de una sonda ruminal
para descomprimir el rumen así como de un tubo endotraqueal que correctamente
colocado prevendrá la aspiración del contenido ruminal hacia el aparato
respiratorio.
TRANQUILIZACION
Podemos utilizar los
tranquilizantes y/o sedantes para calmar al animal y permitir la realización de
exploraciones o cirugías con el animal de pie dentro de un mueco (potro de
contención) o, si el animal está accesible, como premedicación antes de la
anestesia general. En este último caso esta premedicación reduce las dosis del
posterior anestésico general que vayamos a utilizar. El problema se plantea si
el animal está suelto en el campo y sólo puede aplicarse una única inyección a
distancia, por lo que en esos casos se acaba poniendo el anestésico sin la
premedicación, o también puede aplicarse la inyección conjunta de un
tranquilizante y un anestésico.
En la anestesia de
otras especies animales es frecuente el uso de parasimpaticolíticos en la
preanestesia para disminuir las reacciones vagales y por lo tanto disminuir las
secreciones salivares y prevenir la aparición de bradicardia. Sin embargo, en
rumiantes no está indicado el uso rutinario de estos fármacos como el sulfato
de atropina ya que no reduce significativamente el volumen de saliva y además
incrementa su viscosidad, lo que favorece el riesgo de obstrucciones
respiratorias. El flujo de saliva se controla mejor colocando la cabeza en una
posición más baja para prevenir su aspiración, e incluso haciendo una
intubación endotraqueal, como ya se ha comentado. Otros datos a tener en cuenta
son que la atropina en rumiantes tiene una duración de acción corta y que
además favorece el timpanismo ruminal al disminuir la motilidad y permitir el
acúmulo de gases procedentes de la fermentación bacteriana. Sólo está indicado
este fármaco si aparece una marcada bradicardia e hipotensión como consecuencia
de un reflejo vagal, como puede ocurrir al manipular vísceras. La dosis del
sulfato de atropina es de 2 mg/50 k. IM o SC.
Fármacos agonistas alfa 2 adrenérgicos.
Su acción
farmacológica la desarrollan estimulando los receptores alfa 2 adrenérgicos.
Son sedantes y
analgésicos potentes al estimular dichos receptores localizados en el sistema
nervioso central, pero tienen muchos efectos secundarios derivados de la
activación de estos receptores distribuidos por todo el organismo. Así,
provocan una hipertensión transitoria seguida por bradicardia, hipotensión y
bloqueo atrioventricular.
a.-Xilacina.
Es un sedante muy
popular introducido en clínica veterinaria desde 1962. Su uso está
contraindicado en pacientes con enfermedades cardiacas o pulmonares.
Además de la sedación,
provoca una relajación muscular (por su acción a nivel del Sistema Nervioso Central)
y algo de analgesia.
Las dosis en ganado
vacuno oscilan entre 0,2 y 0,6 mg/ k IM. Puede usarse por vía intravenosa a
dosis menores pero en ganado bravo esta vía frecuentemente no está accesible.
Entre los efectos
secundarios que provoca está la depresión cardiovascular y respiratoria, la
atonía del rumen y su timpanización, hiperglucemia y diuresis, disminución del
hematocrito y parto prematuro en estados avanzados de gestación.
b.-Detomidina
Tiene una acción
similar a la xilacina. Produce un grado de sedación y analgesia dependiente de
la dosis.
Al igual que con la
xilacina aparece una bradicardia. Otros efectos secundarios son similares y
también provoca una marcada salivación y protrusión de la lengua. En dosis
bajas en las que el animal se mantiene de pie puede presentar un cierto
balanceo, debido a la ataxia. A diferencia de la xilacina no provoca abortos
cuando se aplica en hembras gestantes durante el último tercio de la gestación.
A dosis altas la detomidina incrementa la presión arterial, mientras que a
dosis bajas la disminuye.
En vacuno doméstico la
dosis oscila entre 20 y 40 microgramos / K (IV o IM), pudiendo realizarse
cirugías dolorosas junto con anestesia local; la mayoría de los animales se
mantienen en la estación.
Para captura de vaquillas
salvajes mediante disparo de dardos con un rifle de aire comprimido se ha
utilizado la detomidina a dosis de 100 microgramos / K y también las
combinaciones de detomidina 60 microg. / k y acepromacina 0,04 mg/ k o
detomidina 70 microgramos / k y butorfanol 0,04 mg / k. En todos los casos los
autores describen unos buenos resultados si bien tiene el problema de que la
solución no está suficientemente concentrada y puede necesitarse un volumen
mayor al que permiten los dardos disponibles, por lo que requeriría dos dardos.
c.- Medetomidina
Las características
son similares a las de la detomidina. Aunque comercializado para pequeños
animales también tiene utilidad en otras especies, incluídos los rumiantes, si
bien su coste económico es mayor.
La dosis en vacuno
doméstico es de 40-60 microgramos / k IV o IM. Se ha utilizado a distancia con
dardos a la dosis de 60 microg. y conjuntamente con ketamina 1-2 mg / k. De
forma similar se ha utilizado en bisontes, combinando medetomidina 50-80
microgramos / k y ketamina 1,5-2,5 mg/ k (IM) y logrando un plano de anestesia
quirúrgica.
d.- Romifidina
Es de los últimos
agonistas alfa 2 adrenérgicos incorporados; findamentalmente se usa en
caballos. Provoca menos ataxia y su efecto tiene una duración más larga. Se ha
utilizado en ganado bravo para cirugía en la estación a 50 microgramos / K (0,5
ml /100 k IM).
Antagonistas de los
receptores alfa 2 adrenérgicos
El desarrollo de
antagonistas de los receptores a2 adrenérgicos ha aumentado las posibilidades
de aplicación de estos fármacos agonistas alfa 2. La antagonización de los
efectos sedantes y analgésicos una vez concluida la intervención puede acortar
el periodo de recuperación y reducir las probabilidades de que aparezcan
complicaciones relacionadas con la anestesia.
Yohimbina
La yohimbina
incrementa la presión arterial y la frecuencia cardiaca además de provocar el
despertar por su acción sobre el sistema nervioso central.
Se administra por vía
intravenosa o IM a dosis de 0,125 mg/kg
Tolazolina
Es otro antagonista de
los receptores a2 adrenérgicos y también posee una actividad similar a la
histamina. Su dosis es de 0,5-2 mg / K IV.
Atipamezol
El atipamezol es el
antagonista específico de la medetomidina, ya que ésta tiene una mayor afinidad
por los alfa-2 receptores, aunque también antagoniza la xilacina y detomidina
(efectos alfa -2 y alfa-1 agonistas). En un estudio en vacuno de leche todos
los animales tranqulizados con medetomidina y antagonizados con atipamezol
volvieron a sedarse 80 minutos después de aplicar el antagonista.
Se ha administrado por
vía intramuscular o IV a dosis dependiente de la dosis aplicada de medetomidina
en una proporción 5 veces superior de atipamezol. Como antagonista de otros
fármacos agonistas alfa 2 se aplica a razón de 10 microgramos / k IV. Este antagonista
es más efectivo que la yohimbina.
Como antagonista
inespecífico de los tranquilizantes, o para contrarrestar la depresión
respiratoria tras una anestesia general también puede usarse Doxapram (0,2 mg /
k IV) como estimulante respiratorio.
Analgésicos opiáceos
La combinación de
butorfanol (un opiáceo agonista-antagonista) con xilacina se ha utilizado en
rumiantes domésticos proporcionando una sedación mayor y una analgesia añadida.
La dosis de butorfanol es de 0,01-0,02 mg / k IV.
ANESTESIA LOCORREGIONAL
Con las técnicas de
anestesia lo corregional podemos realizar intervenciones quirúrgicas con el
animal de pie introducido en un potro de contención y bajo una tranquilización.
Pero no debemos olvidar que incluso estas técnicas de anestesia locorregionales
nos van a ser útiles asociándolas a la anestesia general. De esta forma podemos
conseguir la insensibilización al dolor y la relajación muscular necesarias
para la cirugía, mientras que la anestesia general que mantengamos sea
únicamente para la inmovilización del animal y por lo tanto en un plano
anestésico más superficial. Este hecho hará que disminuyamos el riesgo de
complicaciones anestésicas incluso aunque la anestesia general se prolongue
debido a que la cirugía así lo requiera.
Sólo citaremos aquí
las técnicas anestésicas más utilizadas, sin entrar a hacer una descripción
detallada de las mismas. Así, podemos utilizar anestesias locorregionales por
infiltración (lineales, en L invertida como se usa en el flanco),
paravertebrales, de nervios específicos concretos (para el globo ocular,
cornual, palmares...), intravenosa (mediante la colocación de un torniquete,
muy útil para la cirugía del dedo) o epidural caudal.
Habitualmente
utilizaremos lidocaína o mepivacaína al 2%, con o sin vasoconstrictores,
excepto para la anestesia regional intravenosa en la que no deben ponerse
vasoconstrictores. En la anestesia epidural también pueden utilizarse otros
fármacos como los agonistas alfa 2 adrenérgicos (xilacina, detomidina...) o los
opiáceos (morfina).
Al aplicar estas
anestesias locorregionales debe respetarse una técnica aséptica, utilizando
soluciones y materiales estériles, no aplicarlas en zonas inflamadas, aspirar
para comprobar que no estamos en un torrente vascular y utilizar la dosis más
pequeña que sea necesaria.
ANESTESIA GENERAL
En toda anestesia
general deben respetarse unas normas básicas denominadas el “ABC”, incluso
cuando anestesiamos en el campo y en estos pacientes tan peculiares. Deben
mantenerse las vías aéreas libres (“A”,airway), por lo que es conveniente
disponer de un traqueotubo. Durante toda la anestesia la respiración (“B”,
breathing) debe ser adecuada; puede ser necesaria la suplementación con oxígeno
a través de una sonda nasal o del traqueotubo mediante una bombona de oxígeno y
una válvula de demanda. En anestesias generales, aunque sean inyectables, se
aconseja la suplementación con oxígeno si se prolongan más de una hora. Por
último, la circulación (“C”), es obvio que debe ser adecuada para evitar
complicaciones mayores. Una medida responsable es colocar un catéter
intravenoso para disponer de una vía abierta, incluso aunque hayamos hecho la
anestesia por vía intramuscular. Esta vía venosa nos facilitará la
administración de nuevas dosis anestésicas y, lo que es más importante, la
aplicación de los fármacos necesarios en un caso de emergencia. Además, es una
medida adecuada aplicar una fluidoterapia durante la anestesia, habitualmente
Ringer lactato a razón de 5-10 ml / k / hora, con el fin de mantener una buena
circulación sanguínea. Aunque no nos vamos a extender en las complicaciones
anestésicas, sí que vamos a aprovechar para comentar que una situación habitual
durante la anestesia general y origen de posteriores complicaciones, es la
hipotensión arterial. Para combatirla debemos aplicar la fluidoterapia,
mantener el plano anestésico lo más superficial posible y aplicar drogas
hipertensoras (Dobutamina 1-5 microgramos / k /minuto).
La monitorización es
la clave para poder realizar una anestesia segura y por lo tanto prevenir y
anticiparnos a las posibles complicaciones. Esa monitorización o control
anestésico debe valorar la profundidad anestésica y las adecuadas funciones
cardiocirculatoria y respiratoria. Como frecuentemente el veterinario trabaja
sólo, debe operar y a la vez anestesiar y controlar esa anestesia. Puede sernos
muy útil la ayuda de monitores que emiten un sonido audible con el pulso o
incluso son pulsioxímetros (frecuencia del pulso y porcentaje de saturación de
oxígeno de la hemoglobina), que ya los hay bastante asequibles y portátiles.
Debido a las
dificultades de manejo del ganado bravo frecuentemente se utiliza para su
inmovilización y / o anestesia general la asociación etorfina - acepromacina
(Large Animal Immobilon) por su facilidad de uso (aplicación intramuscular a
distancia) y la disponibilidad de un antagonista para revertir los efectos
(Revivon). Sin embargo el uso de estos fármacos no está exento de riesgos y, lo
que es más importante, es peligroso para el hombre. Aunque no es una anestesia
general como tal, sino una neuroleptanalgesia, lo comentaremos aquí, junto con
la anestesia disociativa y algún otro protocolo anestésico que pudiera
utilizarse.
Etorfina - Acepromacina
La combinación de un
neuroléptico (tranquilizante) y un analgésico opiáceo a grandes dosis provoca
un estado similar a la anestesia general superficial aunque no es lo mismo; en
la neuroleptanalgesia no hay una pérdida completa de la consciencia, el animal
más que anestesiado está inmovilizado.
La etorfina es un
analgésico opiáceo de síntesis muy potente, hasta 10.000 veces más potente que
la morfina. La acepromacina es un tranquilizante fenotiacínico.
Ambos productos van
mezclados y se inyectan por vía intravenosa o intramuscular sin necesidad de
realizar una premedicación. La dosis es de 0,1 mg/ k de acepromacina y 22,5 µg/
k de etorfina que equivale a 1 ml de la solución por cada 100 k de peso.
Junto con la mezcla
neuroleptanalgésica (Immobilon) se comercializa un antagonista de la etorfina,
la diprenorfina (Revivon), preparado de tal forma que el volumen de su dosis es
el mismo que el que se administró previamente de Immobilon.
Tras la inyección
intravenosa del Immobiilon el animal se tumba presentando rigidez y
contracciones musculares. Esto hace que no pueda realizarse una cirugía precisa
con esta pauta anestésica. Para evitar en parte las contracciones musculares
puede aplicarse tras el Immobilon 0,5 a 1 gr. de tiopental sódico.
Las únicas ventajas de
la acepromacina - etorfina son su fácil aplicación, gran analgesia intraoperatoria
y que puede producirse la recuperación en el momento deseado, es decir, unos 2
minutos tras la inyección de la diprenorfina.
Desventajas:
1- Provoca gran
depresión respiratoria
2- Estimula el sistema
nervioso simpático causando:
- Hipertensión con
posible daño vascular
- Aumento de la
frecuencia cardiaca (hasta 4 veces)
- Extrasístoles
ventriculares
- Todo ello puede
conducir a daño miocárdico por hipoxia
- Sudoración,
midriasis.
3- Da lugar a
parálisis intestinal con pérdida del apetito de hasta 48 horas
4- Debido a la
circulación enterohepática parte del producto eliminado por la bilis se absorbe
y provoca su efecto unas 4 horas después de despertarse causando excitación,
marcha desorientada o incluso reinmovilización. Para evitar esto es por lo que
además de la dosis de diprenorfina por vía IV se aplica algo más de antagonista
por vía IM o SC.
5- La relajación
muscular no existe y no puede realizarse una cirugía precisa. Provoca espasmos
musculares.
6- Tras la aplicación
del antagonista no existe analgesia ni pueden aplicarse otros analgésicos
opiáceos.
7- Un gran número de
animales presentan recuperaciones muy tempestuosas, con excitación.
8- Otros efectos:
falta de efecto, priapismo y muerte repentina.
9- Una dosis mínima es
letal en el hombre. Debe tenerse preparada la naloxona por si existe algún
accidente.
También se utilizan
combinaciones de agonistas alfa 2 adrenérgicos junto con el immobilon, por
ejemplo romifidina 2 ml + immobilon 3 ml intramuscular para un toro adulto.
Anestesia disociativa
Los anestésicos
disociativos inducen la anestesia interrumpiendo la información que llega desde
las partes inconscientes a las conscientes del cerebro, deprimiendo el sistema
talamoneocortical, en vez de deprimir todos los centros cerebrales. De este
modo, provocan una desorganización en el SNC con una marcada estimulación del
mismo provocando un estado cataleptoide (contracciones musculares
tónico-clónicas) y disforia, excitación, alucinaciones y delirios debidos a la
estimulación del sistema límbico.
La anestesia se
caracteriza por una profunda analgesia y un sueño superficial manteniendo los
reflejos.
Estos anestésicos
provocan una estimulación cardiovascular indirecta al incrementar las
catecolaminas circulantes. El hecho de producir una depresión
cardiorrespiratoria mínima les hace muy útiles en animales débiles. Provocan un
patrón respiratorio apnéustico.
Los dos anestésicos
disociativos que podemos utilizar son la ketamina y la tiletamina
(tiletamina-zolazepam).
1. Tiletamina - Zolazepam
La tiletamina es un
anestésico disociativo de la misma familia que la ketamina, una ciclohexamina.
Se comercializa combinada con zolazepam (una benzodiacepina) a una proporción
1:1.
Este anestésico disociativo
es más potente que la ketamina y provoca una anestesia similar a la inducida
por esta última. Para evitar la rigidez muscular se combina con la
benzodiacepina.
En vacuno doméstico se
utiliza a dosis de 1 mg / k IV o de 2 a 6 mg / k IM. Si se hace una
preanestesia con xilacina u otros agonistas alfa 2 adrenérgicos la dosis
necesaria de tiletamina-zolazepam se reduce. Se consigue una adecuada anestesia
quirúrgica de unos 20-30 minutos. Puede repetirse entre un tercio y una mitad
de la dosis para prolongar la anestesia, mejor por vía IV.
2. Ketamina
Las dosis de ketamina
en vacuno doméstico son de 2 mg / k IV o de 2 a 6 mg / k IM. También algo
menores si se usa preanestesia.
3. Triple goteo (Xilacina-Ketamina-Guaifenesina)
Para prolongar la
anestesia puede aplicarse por vía intravenosa una solución de xilacina (30-50
mg), ketamina (500 mg) y guaifenesina (500 ml al 5%). El ritmo de la perfusión
intravenosa varía según la profundidad anestésica, pero en vacuno doméstico
suele ser adecuada con unos 2 ml / k / hora. Puede mantenerse la anestesia
hasta 90 minutos, pero este elevado tiempo puede provocar depresión
respiratoria y requerir oxígeno o incluso ventilación artificial.
Con la guaifenesina se
consigue una adecuada relajación muscular por su acción central que actúa
deprimiendo de forma selectiva los impulsos nerviosos en las neuronas
internunciales de la médula espinal, tallo cerebral y región subcortical. No
relaja los músculos respiratorios por lo que el animal ventila
espontáneamente.Las sobredosis provocan apnea e hipotensión.
También pueden
utilizarse otras pautas que combinan la guaifenesina (Gliceril guayacol éter)
con otros fármacos, como el tiopental sódico o la tiletamina-zolazepam.
Propofol
Este agente es un
hipnótico no barbitúrico ni esteroideo. Puede utilizarse para inducción de la
anestesia o anestesias cortas (5-10 minutos) cuando se aplica a dosis de 4-6 mg
/ K por vía IV. Su rápida metabolización hace que sea un agente útil por infusión
intravenosa (dosis repetidas o infusión continua) y que pueda mantenerse una
anestesia superficial de larga duración, permitiendo que el animal se recupere
de forma rápida. Sin embargo el coste económico del fármaco limita su uso en
grandes animales. La administración intravenosa debe ser de forma lenta para
prevenir la aparición de apneas.
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Articulo relacionado: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/04/21/madrid/1208747069.html
1 comentario:
Buenas noches. Una pregunta les hago yo puesto que no tengo ni idea de veterinaria. ¿¿Cual de estas medicinas puede hacer que un toro no pare de orinar durante la lidia??
Un saludo.
Kaparra
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